Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

domingo, 31 de agosto de 2008

LA CARIDAD NO EMPIEZA POR CASA

En previo post comenté la hermanísima designación de Apeles Carod Rovira como representante de la Generalitat en Catalunya Nord (Francia).

La nueva se complementa con otra, mediando la cual se nos informa del desembolso de 2,9 millones de €uros, edificando un complejo educacional de dos plantas que cuentan con ocho aulas, laboratorios de Física y Química, pista deportiva, biblioteca, cocina y comedor, en La Soler (villa próxima a Perpignan)

Tales providencias han permitido planificar la inauguración de un IES (el Pompeu Fabra) que impartirá la enseñanza en catalán.

El Carod apoltronado en la Vicepresidencia de la Generalitat, hizo saber que los milloncejos dispuestos provienen de particulares y "varias administraciones"(sic). Los propulsores de la iniciativa se nuclean en la Asociación Amigos de La Bressola, entidad que cuenta con siete centros educativos de enseñanza primaria en territorio galo, "donde"-se nos informa- "el catalán está presente".

Como es de rigor, estos centros son administrados por los franceses; si bien permanecen, según estima el patriótico Carod "dentro del corazón, la lengua y la cultura catalanas".

Con tres millones de eurazos menos que sumar en nuestro maltrecho presupuesto educativo en época de crisis (las donaciones "particulares y la de varias administraciones" bien podrían haberse realizado a tal fin), la cultura catalana puertas adentro pinta bastos.




CECIL BLOUNT DeMILLE- VOLÚMEN 1


Comento la flamante aparición del Cecil Blount DeMille silente, en dos packs que incluyen 14 dvd remasterizados de imagen brillante y agradecida, con inter títulos fabricados en casa. Los filmes de este primer volumen arrancan con El Prófugo (The Squaw Man/1914) hasta No cambies de esposo (Don´t Change your husband/1918).
Del DeMille silencioso en formato DVD sólo conocíamos Los diez Mandamientos (1923).
Merced al criterioso esfuerzo de mi amigo Manolo Pastor, Gerente de Llamentol SL, se abre al gran público un abanico de joyas del cine realizadas nueve décadas atrás por uno de los fundadores del viejo Hollywood.
El cinematógrafo había despegado en los Nickel Odeon (primitivas salas de los comienzos) mediante cortometrajes rodados en Nueva York, cerca de banqueros de Wall Street que los financiaban.
En pos de un clima luminoso favorecedor de los rodajes, y huyendo a la vez de las patentes de impresión de películas mediante cámaras que monopolizaba Thomas Alva Edison en la Costa Este, DeMille y sus socios mayores, Adolph Zukor y Jesse Lasky, se instalaron en un suburbio descampado de Los Angeles, donde crecían las naranjas bajo un cielo despejado y lluvias escasas.
Así nació Hollywood. Y allí sentó sus reales el laborioso, perfeccionista y conservador Cecil B. DeMille...
En los filmes del volúmen 1 aparecen los primeros galanes y estrellas de un Star System fabricado por pioneros como él y David Wark Griffith.
El listado de intérpretes habituales en esta primera etapa, se abre con Dustin Farnum, Elliott Dexter, Geraldine Farrar, Raymond Hatton, Mary Pickford, Gloria Swanson (la Norma Desmond de El crepúsculo de los dioses); Kathlyn Williams, Fannie Ward y Sessue Hayakawa (el comandante japonés del campo de prisioneros en El Puente sobre el Río Kwai) entre otros; la mayoría apenas conocidos en imagen viva para los cinéfilos de hoy.
La belleza y elegancia de Swanson o la felina masculinidad de Hayakawa en los años ´10 del siglo XX, permanecen frescas y a resguardo de épocas posteriores gracias a la magia del cine y un talento dramático de DeMille que les permite lucirse en la posteridad. No obstante, el genio narrativo de este director, más conocido por sus historias bíblicas o monumentales que por los melodramas de sociedad que virtualmente reestrena este imprescindible volúmen 1, nos permite integrarles a la galería de grandes astros que guarda nuestra memoria.
Este fin de semana alcancé a visionar cuatro de las diez cintas. La semana entrante las iré comentando.
Les advierto que serán las primeras; no las últimas.
La colección es una gozada y merece ser considerada a la altura.

sábado, 30 de agosto de 2008

LA EQUIDAD JURÍDICA

Me pregunto si existe en España.

Nuestra democracia no es la más avanzada del planeta. En la UE figuramos como potencia continental, sin que se precise la densidad real de nuestro Estado de derecho.

A tenor del abismo que separa la cárcel sin fin de Amadeu Casellas y la escandalosa libertad de Emilio Rodríguez Menéndez -fruto de la sospechosa decisión de un juez otorgándole un permiso de cuatro jornadas, basado en sus "lazos familiares"-, los términos jurídicos de nuestra democracia lucen harapientos y peligrosamente lindantes con el caos.

De momento sabemos que Amadeu es un preso pobre (no un pobre preso) al que ningunean de continuo, y el fugado mediático, convicto y condenado, un ganster con bienes materiales oficialmente desconocidos, aunque a tenor del caso, presumibles.

Son los que le permitieron obtener un pasaporte el primer día de su "permiso", facilitando esta rocambolesca fuga; con antecedentes que acreditan otras de narcotraficantes y mafiosos de toda laya en nuestro territorio.

Una abrumadora realidad preside estos procedimientos, cruciales y tan calamitosos para la judicatura.

La más destacable radica en la pobreza de 10 millones de ciudadanos; en los niveles de paro, superiores a los de Portugal y Grecia -diáfanos referentes del rezago económico español- y en las misérrimas pensiones que cobran nuestros jubilados: los que reedificaron España tras la espantosa Guerra Civil y una posguerra sufrida bajo la bota de Franco y sus secuaces.

Si nada de esto fue corregido en la aparente época de vacas gordas, ¿qué es de esperar en ésta, la tan genuina de vacas famélicas?

La desigualdad y la miseria de muchos contrastan con la sed de dinero que reiteran sin medida unos pocos. La cocina del infierno y su vasta corrupción de los estamentos oficiales opera en la injusticia social.

El verdadero pasaporte de Emilio Rodríguez Menéndez radica en este monopolio del futuro para determinar la buena o mala estrella de los que transgredieron la legalidad.

La corrupción que favoreció el escape del crápula redomado navega en estos neblinosos cielos. La crueldad y ensañamiento con Amadeu surca tales horizontes. Rodríguez Menéndez apuesta a que le olviden fugándose. Casellas languidece prisionero, porque le han olvidado en las mazmorras de esta democracia.

La vara para medir delitos en España parece basarse menos en su magnitud que en los torcidos beneficios que pueda devengar a los grandes delincuentes y sus vastas redes operativas.

Todas, creo, desembocan en los paraísos fiscales que ampara con gélida unción Bruselas; madre del secreto bancario sancionado por la UE.

En el teórico ajuste a las leyes, no cuentan entre nosotros los beneficios de su aplicación, más allá de lo que suponen las penas y la redención del penado.

Aquí no hay medida entre la pena, su cumplimiento y la redención. De ahí que cojeen todas y cada una.

Lo peor del caso radica en el mal ejemplo que brindamos a nuestra juventud; integrada por futuros líderes que gobernarán nuestra vejez.

Después, señores, os quejáis de su actual descreimiento, y que sus claustrofóbicos grafitis, claramente aislacionistas, y por lo tanto descreídos, embadurnen malamente las paredes de cualquier villa o gran ciudad.

Representan un ¡Aquí estoy! y otro ¡Qué te jodan!

Vienen a ser las respuestas que supimos conseguir, todo lo empíricas que se quiera, ante nuestra falta de equidad jurídica; la que niega la aparente igualdad ante la ley, escaneando a fondo la verdadera naturaleza de nuestra democracia.






jueves, 28 de agosto de 2008

NO MOLESTEN A CAROD ROVIRA

Ayer El País se despachó con un reportaje al líder independentista de ERC y funcionario de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira y su afición coleccionista.

El propio reporteado se pregunta al finalizar la entrevista por las connotaciones freudianas de su afán.

Una es la soledad y su espacio temporal, que le permite buscar las piezas adecuadas. Otra la naturaleza de las mismas. De entre las que exhibe cuentan para mí los pequeños carteles del "No molesten", que se cuelgan en el picaporte exterior de los cuartos de hotel.

Los acredita en varios idiomas, como producto de sus mundanos viajes y la señalada afición.

También reflejan algo más: para el caso sus rampantes fobias.

La evidencia señala que lo más molesto para el caballero es España. A tal punto, que fundamenta su razón política y personal de ser. Es catalá o res, y tiene derecho moral a percibirse como tal.

Por ahora, el derecho material no lo asiste.

La aversión por una Patria que no siente suya regula sus emociones, marcadas por la tendencia al aislamiento; el mismo que le permite coleccionar pins y otras bagatelas. Convengamos que en la selección y su acopio, el tarragonense revela modestia.

Los cartelitos del "No me molesten" retratan también a un hombre inquieto, que recorre países o comarcas sin por ello abandonar la pasión de provincias y su grandiosa proyección local.

Carod no es de los que viajan y se sienten en cada tránsito ciudadanos del mundo. Seguramente disfruta encerrándose en hoteles de Europa, Asia, África o América, tras chupar paisaje y observar constumbres, colgando luego el cartelito en el picaporte y agenciándoselo una vez empleado, para su colección.

Me pregunto si su hermano Apeles, recientemente designado para ocupar una oficina promocional de Catalunya en Francia, comparte la afición por el coleccionismo de bagatelas.

De momento sabemos que le pagamos un sueldo, desconociendo el monto, las competencias del cargo y su real utilidad.

También se lo pagamos a Carod, pues así lo determinan las leyes y pactos electorales de hoy.

Su estipendio en las alturas de la Generalitat ampara sin lugar a dudas el nepotismo, al hacer de su hermano un hermanísimo financiado por el erario público.

El nepotismo, frecuente en las personalidades autoritarias, los dictadores y lideres populistas, o en democracias poco avanzadas, viene a ser otra manifestación claustrofóbica, de corte familiar y claro origen tribal.

La hemos observado en países más civilizados que el nuestro; pródigo en ejemplos de familiaridades iconográficas, con Franco y después.

La pasión del coleccionismo, inocente y legal en tanto no se coleccionen víctimas o bienes mal habidos, comprende en este patriota local los cartelitos que acopia con empeño en su garaje y aledaños (según detalla el reportaje).

Para el caso, los "No molesten" atesorados en varios idiomas y dialectos representan la fobia más pura y dura.

Ahora lo sabes, Josep Lluís. Aunque conociéndote, me temo que no esté en tu intención ni voluntad superarla...







miércoles, 27 de agosto de 2008

OTRA VEZ EL MAGO DEL SUSPENSO


"Saboteur" ("Sabotaje"/1942) es otra manifestación del genio de Hitchcock. A pesar de no figurar entre sus principales obras maestras del periodo americano, las anticipa.

El suspense de su magia recoge la fórmula magistral de héroe acosado y solitario que autorizó su primer gran suceso mediante "Thirty - Nine Steps" ("Treinta y nueve escalones") impresa en Gran Bretaña hacia 1935.
Pese a estar bajo contrato con su extorsivo importador, el productor independiente David Selznick, y que éste le prestara a la compañía Universal obteniendo un suculento diferencial en dólares, consiguió imprimir a sus anchas este impecable relato, escrito a tres manos por Peter Viertel, Joan Harrison y Dorothy Parker, sobre los albures de un fugitivo (el muy agradable en persona y pantalla Robert Cummings) acusado inmerecidamente de sabotaje con víctimas -entre ellas su mejor amigo- en una industria estratégica.

Al coincidir las primeras tomas con el ataque japonés a Pearl Harbor se cargaron las tintas en el patriotismo americano y el castigo a los renegados (Otto Kruger, Alan Baxter, Alma Kruger y un joven Norman Lloyd).
Como rubia de turno haciendo juego con el típico galán moreno en los filmes del autor, aparece Priscilla Lane, levemente popular en esos años. Cummings, en Hollywood desde comienzos del sonoro y escolta en 1954 de Ray Milland y Grace Kelly en "Dial M For Murder" ("La llamada fatal") consiguió aquí su mejor papel de galán, desarrollando una apreciable trayectoria de comediante en el cine y la TV durante cuatro décadas.

Lo mejor de "Sabotaje" -pieza de secuencias bosquejadas por el lápiz de Hitch-, está en sus actores secundarios de cepa teatral, repartidos entre los señalados traidores (Otto Kruger el más sibilino) y los patriotas, encabezados por Pedro de Córdoba (cabeza de una troupe circense que los cobija en la ruta durante parte de su escapada permanente) y Clem Evans (tío ciego de la chica compuesto maravillosamente).

Asimismo,destacan en el guión las pinceladas realistas que retratan a los traidores a su patria y descreídos de la democracia como cariñosos abuelos (Otto Kruger), padres de familia (Alan Baxter) o damas de sociedad que practican la beneficencia (Alma Kruger), sugiriendo el buen camuflage y mejor efecto dramático de la maldad.

Si en la cinta de 1936 era Madeleine Carroll la que al comienzo desconfiaba de su virtual secuestrador Robert Donat, a cinco años vista se reitera el rifirafe templado por el riesgo, que luego conduce al romance.

Finalmente la pareja consigue que él sea reconocido como patriota, y colabore especialmente en la persecución del saboteador que provocó la catástrofe incendiaria (Lloyd). La misma culminará en una impresionante escena de caída libre captada mediante trucajes y escenarios bien conseguidos, en la cima estatuaria de la Libertad.

El que cae al vacío es Lloyd, al des coserse una manga de la chaqueta que consiguió aferrarle Cummings, procurando salvarle para el juicio y la condena.
Cualquier semejanza con la batalla que en el Monte Rushmore desarrollan Cary Grant y otro malvado bajo su patrocinio en 1959 se justifica; así como ensayados recursos de injusto acoso que volcara tres años antes en el falso acusado Henry Fonda; su víctima propiciatoria en "The Wrong Man" ("El hombre equivocado").

Lo que en cualquier cineasta menor sería cansina reiteración, en Hitchcock integra un arsenal arquetípico y conceptual de reciclaje creativo y alto impacto emocional.

Si bien en su obra no se aprecian expresas menciones a la cuestión social, en la moral posvictoriana del genio se exaltan la virtud, el coraje, y la capacidad de asociación para un buen fin. El item amoroso ocupa un espacio latente o manifiesto, y especialmente contradictorio en muchas ocasiones.

Un repaso a los origenes familiares y la vida privada de este amante de la buena mesa, más que razonable esposo y peculiar progenitor de una hija que siempre le respetó, encajan con esa forma inimitable de encarar un relato. Salvando la última etapa que arranca con "Psicósis", Hitchcock ha preferido sugerir la sangre antes que mostrar los agujeros.

Pieza impregnada de frescura y notables diálogos, "Sabotaje" es, en tal sentido, una típica manifestación de esa extraordinaria habilidad para dejarnos imaginar, partiendo de su inimitable y poderosa inducción.


martes, 26 de agosto de 2008

LAS INDISCRECIONES DE UNA VENTANA



Como ya dije en relación con "Laura" en otro post, hay obras maestras que son justamente eso, porque nos enseñan a mirar la vida. El arte cuando es cine y viceversa, comporta una fuente inagotable de inspiración; elemento imprescindible para disfrutar de la existencia. Sin inspiración, nos gobiernan la rutina y las simplezas. Esto es, el conformismo.

Y no hay peor vida que la rendida al conformismo.
Alfred Hitchcock, igual que John Ford, nos llena de optimismo en cada filme. Y no es que su mensaje sea en sí mismo optimista. El optimismo existe en los que disfrutamos de sus sensitivas, inteligentes y apasionantes narraciones. Es lo que consigue el genio cuando es entendido aunque el mensaje sea pesimista o lo parezca.

"Rear Window", para nosotros "La ventana indiscreta"/1954, es una de sus grandes obras maestras, comparable en agudeza y atmósfera a la más fantasiosa "Vértigo", la razonable "Shadow of Dubt"("La sombra de una duda"/1944), una retorcida "Notorius" ("Encadenados"/1946), y la soberbia "Strangers on Train"("Extraños en un tren"/1951), al igual que "La ventana...", otro capolavoro más o menos asfixiante de William Irish (nacido Cornell Woollrich, también en ocasiones para sus libros).

Mucho se ha escrito sobre Hitch y "La ventana...". Sin embargo poco se menciona el sofocante calor que padece el James Stewart enyesado en el pequeño piso de su inquieta convalecencia; semejante en intensidad al que nos agobia precisamente este verano a la vera del Mediterráneo. A menudo el calor sofocante obnubilia la inteligencia, adormeciendo nuestro instinto rastreador. De ahí que echemos mano del aire acondicionado, piscinas o playas para refrescarnos.

El intenso calor húmedo, revelado en ventanas abiertas, y en parejas que duermen en los balcones es un símbolo vivo del poder de este relato, fundiéndose en las gotas de sudor que surcan la reptante curiosidad del protagonista. Pero asimismo refleja la realidad sofocante que amenaza nuestra propia vida cotidiana, sobrada de imprevistos, aunque también de ciertos niveles de curiosidad.

Los dramas que rodean el voyeurismo de Stewart -menos importante que su sed de realismo- le alcanzan en su pertinaz rechazo a comprometerse con la joven de clase alta, que encarna una Grace Kelly en plena y gloriosa juventud.
Fotógrafo de profesión entreverado en las guerras y balaceras que requieren sus reportajes, el personaje recorrió el planeta captando miserias que le conducen a desarrollar un cierto nihilismo sentimental de corte sádico con el elegantísimo bellezón.

Para colmo, es más o menos pobre en comparación. La pasta y el lujo le interesan poco. Sin embargo, lo eleva por encima de otros esa incesante curiosidad, inherente a la profesión y el permanente gusto por la aventura y el riesgo.
Con el yeso en la pierna bloqueando la aventura y el riesgo, en apariencia vedados, se las ingenia para procurárselos con ayuda del azar.

Otro espíritu más conformista hubiera soslayado la cita con el peligro. Y este canto a la audacia, propia del justiciero, es lo que otorga al relato el impulso ideal de cara al espectador.
A diferencia de su amigo, el sargento de policía libre de yeso y dueño de los medios materiales para capturar a un criminal -encarnado por Wendell Corey-, el héroe con la pierna en cabestrillo no se queda con las apariencias. Por lo tanto se manifiesta rebelde; un espécimen tan obstinado en su febril insistencia de captar la realidad que no tarda en convencer a su chica de que el vecino del bloque frontal (Raymond Burr) troceó a su mujer.
Luego persuade a su práctica y veterana asistenta (la espléndida característica Thelma Ritter), y tras implicar a ambas en una riesgosa búsqueda de pruebas frescas -casi al borde de ser asesinado por el matarife-, convence al policía; el último de los tres personajes en movilizarse por fuerza mayor.

En cierto sentido esa tenacidad del ciudadano de clase media acumulando indicios criminales mientras pasa el testigo a otros que al principio desconfían de sus tesis, nos recuerdan al Henry Fonda de "Doce hombres sin piedad".

Claro, mediando Hitchcock, Irish y la excelente adaptación de John Michael Hayes en clave de puro suspense y subidón de adrenalina, no cabrá esperar el polémico rescate de un inocente, sino la condena de un asesino pescado in fraganti por el pertinaz vecino de enfrente.
En cualquier caso me vale la parábola.

Los mordaces y divertidos diálogos de los actores de esta historia, su electrizante interés y las matizaciones que envuelven el universo vecinal que Stewart capta con su telescopio de fotógrafo, reflejan la vida misma.
Son flashes de su cámara, la herramienta de trabajo activada a último momento, los que impiden que el siniestro Burr le elimine de cuajo, mientras llega la policía.

La secuencia final nos remite a un vecindario que supera sus desgracias personales. Es una forma convencional de decirnos que la vida sigue, sin resentir la calidad de una trama impecable.
Ahora el fotógrafo sumará otra escayola a la ya existente, con la Grace de Hollywood a su vera. Ella supo correr riesgos junto a él, probándole que además de hermosa y rica es audaz y valiente.

Como no hay un gran filme de Hitch sin una espléndida partitura, contó la pieza con el talento orquestal de Franz Waxman.
La virtud de las obras maestras de la literatura y las artes radica en que siempre quedan cosas por descubrir.

Visioné esta cinta en algún mes de 1955 sentado en la butaca de un cine de Buenos Aires. En perspectiva, observo que es una de las historias mejor filmadas en la década.

Incesantes pases por la tele, ediciones en VHS y ahora una espléndida remasterización en DVD (con estupendo making off agregado), me permitieron saborearla durante años.

Esta madrugada he disfrutado nuevamente y con más detalles de "La ventana indiscreta".

Quizá por ello sobre las 2:50 AM asomé el testuz por el balcón de mi segundo piso y, como quién no quiere la cosa, bajo un cielo encapotado y anhelando la esquiva brisa de agosto eché una ojeada al bloque que enfrenta el mío.
Por si de pronto llueve, como en la peli...


LA MARCA DEL GENIO



En otras manos, Hangman´s House (La mansión del verdugo/1928) sería una cinta intrascendente. Bajo la mirada de John Ford se transforma en una prueba más de su genio dramático, de cepa irlandesa y rebelde.
Iniciado en el género western modelando los melodramas de aventuras ecuestres de Harry Carey, el maestro hizo carrera en la compañía FOX, imprimiendo guiones contemporáneos.
En La mansión del verdugo, rodada en los bordes del cine sonoro, retrata con luces y sombras la atmósfera violenta en la Irlanda de comienzos del siglo XX, encarnada en su vertiente cruel por un terrible juez de la horca (Howarth Bosworth), quien antes de morir de viejo y amargado en una sombría mansión, fuerza el casamiento de su bella hija (June Collyer) con un malvado aristócrata (Earle Foxe) contrariando el amor que ella siente por su joven enamorado (Larry Kent).
En auxilio de la pareja desembarca clandestinamente en la costa un maduro legionario (Victor McLaglen), proscrito desde tiempo atrás por los británicos (de ahí su enganche en la Legión Extranjera) y resuelto a vengarse del aristócrata, casado en secreto con una hermana suya a la que abandonó, provocándole el suicidio.
El personaje que encarna McLaglen viene a resumir las virtudes de la violencia en los rebeldes independentistas.
La resolución apocalíptica del filme mediando un incendio que devora la mansión y al virtual bígamo, seguida de un tiroteo entre el rebelde fugitivo y la policía forma parte del arsenal narrativo de Ford; supremo en los combates entre blancos y pieles rojas en Stagecoach (La diligencia) y Fort Apache (Fuerte Apache).
La calidad dramática de los actores que el maestro planta ante la cámara es la habitual. Destacan sin duda Mc Laglen y el viejo Bosworth. Foxe, Collyer y Kent cumplen; aunque ninguno de los tres sería figura en las décadas siguientes.
Es probable que con el tiempo uno deshilvane en la memoria el argumento de esta historia entre buenos y malos, donde triunfan el romance y la justicia.


Lo que no podrá olvidar ningún cinéfilo que prefiera el arte a la basura, es que esta obrita menor, marcada por el genio y prácticamente desconocida en España, la imprimió hace ochenta años John Ford...

lunes, 25 de agosto de 2008

LIBERTAD A AMADEU CASELLAS

Este militante anarquista lleva 25 años en la prisión de Quatre Camins sin limitación expresa de condena ni derecho a obtener la condicional. En ninguno de los delitos que cometió entre los años ´70 y ´80 -mayoritariamente atracos bancarios en procura de fondos para la causa- corrió la sangre.
Odio la sangre derramada, hiera o mate; ya lo he dicho. Tampoco me gustan los atracos en nombre de lo qué sea; y menos aún que los bancos me atraquen, cosa que ocurre a menudo bajo instrucción más o menos legal.
Amadeu saqueaba estas entidades financieras en nombre de un credo, equivocado o no, y por ello; sólo por ello, qué mala uva, fue remitido a una prisión sin fin. Después de todo si la diña en huelga de hambre nadie le hará un héroe. Con la huelga de De Juana se corría el albur en el País Vasco. En cambio, los anarquistas no tienen país que los glorifique. Odian el Estado Nacional y todos sus símbolos. De manera que si alguno muere en un hospital antes que en cualquier prisión de condena infinita, se lo tiene merecido; por no creer en la Patria...

Hasta hoy els Serveis Penitenciaris de Catalunya (dependientes de la Generalitat y la Consellería de Justicia) han rechazado cualquier demanda de los abogados de este penado histórico que, habiendo nacido catalán, no lo és. Por eso ni a Carod, Puigcercós, Saura, Mas o Montilla les importa un caraxo el pellejo de Amadeu.

Tamaña dejación de la ética procesal o la mera humanidad, vulnerando los principios que establece la Constitución Española, convierten a Amadeu en un Edmundo Dantés de nuestras cárceles.

Mientras los delincuentes de guante blanco y alma negra -al estilo de Roca, Muñoz y muchos otros mafiosos o criminales- disfrutan de todos los privilegios carcelarios y judiciales, Casellas agoniza bajo vigilancia policial en el Hospital de Terrassa desde su larga huelga de hambre - iniciada el 23 de junio- en medio del clamor internacional.

Sumo mi encendida protesta y la más grande indignación contra este atentado a la verdadera justicia.

Una que de bote pronto se practica a medias y muy mal en este país de privilegios, en el que unos disfrutan del botín tras las vacaciones pagas de una pena nominal, y otros se pudren a la sombra sin que a los poderes públicos, los partidos políticos y los mercenarios de la prensa o los medios, tan oficiosos para con los miserables de alcurnia, sórdido escandalete o pelotazo, se les mueva un pelo.

Y esto, para escarnio de los catalanes, sucede en nuestro pequeño país; la pomposa nación que defienden a bombo y platillo los charramecas de siempre, de derecha a izquierda; tan capaces de olvidar la tragedia de Edmundo Dantés como la de Amadeu Casellas.
¿Qué opina usted del huelguista moribundo, Conseller Castells?
Seguramente que el Dantés de Dumas era un caballero en desgracia, y que el salteador anarquista, ese tardío imitador de Durruti y jodido paria, ni siquiera viene a ser catalán.




sábado, 23 de agosto de 2008

UN VIEJO Y GASTADO TANGO

Es el que pretende hacer bailar a los argentinos el filósofo, escritor, ensayista y guionista cinematográfico José Pablo Feinmann, mediante sus "Clases sobre Peronismo", obtenibles en Internet desde el sitio de Especiales en el diario oficialista Página 12.

Las ilustraciones aniñadas de Rep, seudo poeta de trazo agradecido y contenidos poco profundos a tenor de su baja densidad cultural y emotiva (le conozco en persona), vienen a hacer juego con las posturas de Feinmann; un admirador de Evita y Perón (en ese orden) cuyas muestras de simpatía orgánica con el matrimonio Kirchner le han convertido en pluma empolvada y favorita del poder.

No abundaré en detalles sobre las artes y mañas con las que este señor enaltece la memoria de sus viejos ídolos. Sólo diré que se basan en la torvedad e incompetencia de sus enemigos de entonces; no en crítica alguna sobre la defectuosa naturaleza populista y su inevitable vulnerabilidad.

Lo hizo mucho mejor Jorge Abelardo Ramos medio siglo antes desde posiciones trotskistas mechadas de nacionalismo.

Este escritor, historiador, editor y eje de varios partidos de vida breve sucesivamente autodisueltos, fue un funcionario del canallesco Raúl Apold, respaldado por el ex socialista y dirigente gremial Ángel Gabriel Borlenghi, longevo ministro de Interior durante durante el primer peronismo, y virtual capitoste funcionarial de su ala izquierda.

La colaboración de Ramos con el régimen desde las páginas del diario "Democracia" le valió el apodo de "cortesana roja", luego enterrado por los desmanes que el antiperonismo triunfante perpetró contra el equilibrio social alcanzado y el estado general de una economía ya dañada por diez años de prebendas, autoritarismo y corrupción.

Ramos, que entre 1955 y 1967 publicó sus tesis más brillantes -quizá las mejor redactadas que haya conocido la crónica histórica nacional en la segunda mitad del siglo XX- terminó sus días políticos como peón del nefasto Menem en México.

Hoy pocos le recuerdan. Quizá por que su marxismo in situ lo invalide. No obstante, mi buena memoria y una biblioteca bien abastecida me autorizan a comparar las divertidas y finas mordacidades de Ramos para con "la oligarquía, el imperialismo y la burocracia soviética", con las pálidas tosquedades de Feinmann.

Lo suyo es un viejo y gastado tango, que los veteranos en política conocimos mejor ejecutado. Lo hizo en sus restantes trabajos, en el tramposo filme sobre Evita, y lo reitera hoy desde el empeño cortesano.

Para el tosco ejecutante -suerte de tardío plagiario- , el Peronismo es la historia de una obstinación argentina.

Para mí, comporta el escenario principal de una vasta tragedia; en la que se incluyen, tanto sus enemigos de ayer y hoy... como sus actuales animadores...



jueves, 21 de agosto de 2008

EL MENSAJERO DE LA MUERTE

El señor Jiménez Losantos revela al fin los alcances de su paranoia compulsiva, de auténtico corte criminal.

En recientes declaraciones oficiosas recomienda al candidato Mc Cain -favorito en las últimas encuestas presidenciales- invadir Venezuela, Ecuador y Cuba. De paso lamenta que hasta la fecha el glorioso Ejército de los EEUU no haya ocupado esos territorios, liquidando a los hermanos Castro. Igual sentir le lleva a deplorar que el Ejército venezolano tampoco despachara a Hugo Chávez en el último (y frustrado) cuartelazo, tan festejado en su momento por el gobierno Aznar.

Tal explosión de violencia verbal, repartida entre espontaneidades y respuestas al reconocido plagiario peruano Jaime Bayly, no me asombran. Las recientes condenas judiciales que cayeron sobre él, unida a la deliberación sobre la conveniencia de prescindir de sus servicios en el seno de la Conferencia Episcopal, han precipitado en el ánimo del aludido, el pasaje a una fase superior de agresividad; suerte de hidrofobia teórica vinculada a la destrucción total.

Para este "baturro" (sic) cuenta aquello que contó siempre; muy manifiesto en su desprecio vejatorio para con aquellos que no "piensan" como él: la fuerza bruta.

Sus enloquecidas y más recientes recomendaciones, delegando en las armas de una gran potencia el orden del planeta, violan todos los apartados del derecho internacional.

El millón de muertos de Iraq o las interminables víctimas de Afganistán no le conmueven el absoluto. Por el contrario, quiere más.

Nada mejor entonces que abrir un nuevo frente en América Latina, donde la simpatía por los norteamericanos y sus tropelías del pasado no son para tirar cohetes ni celebrar con confeti.

Salvando al gobierno de Colombia -una pieza fiel a la doctrina espiritual de George Walker Bush- los mandatarios latinoamericanos han sido tan, o más despreciados por la prédica de Losantos, que sus enemigos vernáculos.

La estúpida y vejatoria chanza que dirigíó a Evo Morales utilizando a sus payasos de La Mañana fue una pequeña muestra del desprecio que siente por los países que limitan al sur del Río Bravo. Idéntico al que manifiesta de continuo por los árabes; los hindúes e indígenas en general; los chinos continentales; los eslavos; los maoríes; los africanos y afroamericanos; los catalanes; gallegos y vascos; y por sobre toda etnia, o religión que no coincida con la que manifiestan profesar sus patrocinadores del eter: los pobres del mundo.

¿Imaginan ustedes lo que sería el Continente Americano desde Alaska hasta Tierra del Fuego, si cualquier inquilino de la Casa Blanca siguiera los consejos de este demente? Yo, que conozco bastante bien el paño, no puedo menos que horrorizarme con sólo imaginar la espantosa carnicería y devastación que sucedería, no ya a una invasión armada, sino ante un mero magnicidio orquestado por el CIA.

Lo peor de todo esto es que, pese a las versiones que señalan su dead end en la emisora, Losantos no fue expulsado de la Cope. Sin embargo estas declaraciones, obtusas y tácitamente genocidas en su consecuencia última, podrían ser pasibles de nuevas denuncias en los juzgados de guardia.

No sólo pisotean el derecho internacional; en su propósito siembran la violencia en una escala que cualquier ciudadano sensato debe repudiar expresamente.

Qué yo sepa, no lo ha hecho hasta hoy el tan cristiano obispo Rouco Varela, principal sostenedor de Losantos y su pandilla en la citada emisora. Ni la "liberal" Esperanza Aguirre, valedora madrileña desde su cargo en la Comunidad, de Libertad Digital TV, mini feudo audiovisual del Pequeño Hitler.

Si, digo bien.

Es que cuando le bauticé en el Blog como Pequeño César, evocando al Edward G. Robinson del filme homónimo (Little Caesar en su título original) la historia prueba que me quedé corto.

Desde luego, en ningún caso tan corto como este oficioso y abominable mensajero de la muerte...








NUESTRA CATÁSTROFE

Las 153 víctimas del breve viaje que las llevó a la muerte a bordo de un avión de Spanair con 15 años de servicio y miles de recorridos jamás sabrán si un fallo humano o empresarial fueron superados por el inocente vuelo de un pájaro colado en la turbina del motor incendiado que causó el terrible accidente.
Las dos cajas negras rescatadas y la pericia de los especialistas determinarán la causa exacta.
Ello no librará del dolor a los familiares y amigos de los afectados -entre ellos muchos niños que jamás crecerán-, ni tampoco a nosotros, los 46 millones de españoles, sumados a la congoja ante semejante pérdida.

lunes, 18 de agosto de 2008

EL SENTIMIENTO NACIONAL

Sus gradaciones operan en amplio espectro, abarcando desde la mera satisfacción por pertenecer a una comunidad de señas propias, hasta el crimen.

Lo de Georgia reitera las contradicciones inherentes al tan controvertido sentimiento nacional.

En los rusos de Putin (el tardío héroe del difunto meritorio Solzehnitzin) y el trajeado títere Medvdev, impera el condigno, reforzado en territorio georgiano por la invasión armada y un bestial genocidio que no cesa, pese a los esfuerzos de Sarkozy y las maternales ubres de la señora Merkel.

Entre los georgianos reparten fichas la división de etnia y territorios, facilitando la intromisión flagrante y/o brutal de predadores varios en sus asuntos internos. Cómo factores agregados en este mundo globalizado, median petróleo, gas y respaldos geopolíticos; obvios para la administración Bush; diáfanos en la tenebrosa conducta del absorbente y mafioso envenenador del KGB.

Por cierto, en nadie impera la tendencia al diálogo. Las apetencias de Washington y Moscú vuelven a manifestarse sin que medien ideologías, ni cantos a la libertad o el igualitarismo.

"Son cosas olvidadas", rezaba el viejo tango. Hoy vigente sin sus bellísimos y sentidos acordes.

Entreverados en el olvido yacen en estas jornadas de luto para la humanidad, los cadáveres de muchos georgianos; extendiendo el fértil camposanto de Iraq, Palestina, Haití, Afganistán, el Fuerte Apache argentino, y tantos enclaves olvidados del Tercer Mundo, donde la vida no vale nada.

En el horror cotidiano, ni siquiera cuenta el sentimiento nacional.

Es que entre la misera y la muerte, el orgullo de pertenecer a una patria (definición que nace del término patrimonio), representa un fenómeno tan comprensiblemente desconocido como el de los OVNIS.

El privilegio del culto a la Patria alcanza la soberbia de los ricos que hacen su agosto, y de los que, mal qué bien, aún poseen (clase media en sus grados) una identidad común menos catastrófica que la de 1.000 millones de seres humanos

Nuestros condenados de la tierra, los días de cada día. Aquellos que no respeta ninguna hoja del calendario.



domingo, 17 de agosto de 2008

LO PERPETUO Y LA PERPETUA

Somos varios los que en España creemos que la vida es sagrada y que el asesinato debe ser rigurosamente penalizado. Lo perpetuo en nuestra consideración social debe ser el respeto por la vida misma; y muy en especial por la del prójimo.

Por desgracia no es así. Sin embargo, nuevas y muy autorizadas voces se alzan contra el desdoro y la vergüenza.

Anteayer el Presidente del Tribunal Supremo y el Poder Judicial, Francisco Hernando sostuvo que la Perpetua "revisable" puede ser aplicada en España.

El caso de ETA, banda armada ilegal de prácticas asesinas, comporta el ejemplo más grave - sin ser único- frente a la actual legislación.

Mientras la banda exista, la reinserción de los que abandonan las cárceles tras cumplir la pena es harto difícil. Ahí está el cadáver de Yoyes para demostrarlo. El ejemplo más frecuente es el heroico. Los que cumplieron pena están quemados para la acción, pero se les respeta en el barrio que habitaron y los cenáculos de la izquierda abertzale. Emitan o no opinión en público, cimentan in presentia la leyenda del matirológio, propio del credo etarra; tan semejante al yihadista en temática y rituales.
El imaginario del terror es primitivo y monocorde en su proyección. De ahí que requiera el asesinato y la venganza como modus operandi. Cada muerte reitera el escenario, manteniendo vivo el fuego y su imprescindible cuota de sangre.
En otro orden de cosas, la consideración patriótica que tiene el asesinato de los que no comulgan con la violencia etarra en ciertos sectores del País Vasco obliga a ser claro en estos asuntos.

Los pistoleros de ETA - válida en su combate al antiguo régimen, degenerada en su insensata negación de la democracia- invocan -ya lo he dicho- la sacralidad tronante de una patria cruel; o sea, más sagrada para ellos y su soberbia, que la vida humana.

Sobre los que protestan en voz baja desde las cárceles y al salir no se animan a romper amarras con la barca podrida de Nosferatu, pesa su navegación.

Más destartalada que nunca; sin mástil ni velas que le permitan resistir la tormenta que sobre ella desatan el creciente rechazo social y los exitosos operativos de las fuerzas de seguridad, desarticulando un comando tras otro; lo cierto es que aún flota.

Mientras lo consiga, la plena reinserción de los que ayer y hoy cumplieron o cumplen penas por terrorismo será difícil. Para unos, por temor a ser muertos, vivientes o no, en el País Vasco. Para otros, la orden de la capucha, la bomba o la pistola continuará amparando un sobrevivido instinto criminal.

De poco valdrá la vigilancia de los De Juanas grandes o pequeños si continúa el tío vivo de los que ingresan en prisión con las manos manchadas de sangre para salir medio arrepentidos o nada, tal como el miserable asesino que tanto comentario, letra impresa e indignación popular ha desatado, merced a esa libertad de leve pena, que observada en profundidad viene a ser la sofocante prisión moral para los millones de españoles; inmensa mayoría que estamos del otro lado.

En este octavo año del siglo XXI, Cuándo la crisis económica nos da de lleno y se desatan peligrosas tormentas en el Este, la insuficiencia de nuestras penas con el terrorismo representa nuestra propia y tan inmerecida cadena; aquella que ata nuestras leyes a la perpetuidad de la falta de respeto integral por la vida.

viernes, 8 de agosto de 2008

EL FACTOR HUMANO Y LAS PRONTAS MEDIDAS LEGISLATIVAS ANTE EL TERROR

La masacre de la Estación Atocha, saldada con casi doscientos muertos y cientos de heridos señala que entre nosotros la ETA no monopoliza el terror. En minutos apenas, el atentado se cobró la quinta parte en vidas humanas, de las segadas por el terrorismo vasco en treinta años. El espeluznante record marca una nueva y masiva forma de sembrar la muerte.

Captar la profundidad de la amenaza demanda nuevos ajustes en nuestra legislación. Las penas por terrorismo precisan actualizarse. Si los que premeditan con alevosía la masacre del prójimo redoblan sus ataques, en nombre de credos bastardeados y patrias crueles, parece lógico que actuemos condignamente.

El fundamentalismo yihadista y otras organizaciones criminales no cejarán en sus despropósitos. Iraq, Afganistán o en días pasados Turquía, prueban que, esgrimiendo causas vinculadas al credo o las desigualdades planetarias, continuarán su escalada de sangre, terror y devastación.

Estas acciones comportan un fenómeno de alcance mundial que afecta a Occidente y sus aliados, del que ningún territorio se libra.

Ante la previsible escalada de violencia nos cabe endurecer las penas por delitos de terrorismo.

¿Significa esto mi acuerdo con el tremendismo de la extrema derecha mediática y la ola europea antiinmigratoria que encabeza Silvio Berlusconi?

Para nada.

Tampoco me atrae en España la declarada politización de las asociaciones de víctimas, si bien estoy más cerca de Pilar Manjón que de los otros. Posicionarse con las víctimas del terror no significa tomar partido en este campo. Basta solidarizarse lo más activamente posible con ellas en lo que les cabe, exigiendo transparencia a los poderes públicos, integren gobierno u oposición.

Aclaro algo importante en relación con el País Vasco. Endurecer la legislación antiterrorista no significa, a mi juicio, desatender el diálogo con los sectores nacionalistas y democráticos del territorio. Cómo Catalunya o Galicia, Euskadi es una nación indiscriminable. Puede que a Ibarretxe le falte legitimidad en votos para convocar hoy un referendo. Pero si los ciudadanos vascos considerasen que el mismo es necesario, cabría reformar -ya lo dije en previos post- nuestra ya arcaica Constitución; alquimia pactada entre los restos del franquismo y las fuerzas democráticas de entonces treinta años atrás.

Esto de la Nación de Naciones -admitida en un lírico instante del pasado reciente por el Presidente Rodríguez Zapatero- hay que tomárselo en serio de una vez por todas. España es eso. Otra cosa es imaginarla como Franco y algunos inconfesos discípulos la exigen.

A menudo los últimos pretenden identificar la violencia etarra con el sentimiento nacional vasco, su lehendakari, etc.

Comporta otra forma de armar a los violentos en vez de restarles base de masas. De ahí que, si el ajuste de clavijas penal con el terror no va acompañado por una flexibilización del trato entre La Moncloa y Ajuria Enea, mal iremos.

Y de poco o nada valdrá descargar frustraciones políticas o ríos de tinta en el ex presidiario De Juana Chaos. El combate contra el terror, unido a la lucha por la vida, impone objetivos más elevados.





miércoles, 6 de agosto de 2008

¿Y EL FACTOR HUMANO?

Leyendo al señor Javier Ortiz en Público la pregunta queda sin respuesta.

En su soterrada defensa del nacionalismo vasco más agresivo, este mal ejemplo de periodismo opinante justifica la "ciega ira" de las víctimas de De Juana y sus deudos.

De ciega, nada.

Es la ira más lúcida; la que por fuerza nace del desgarramiento ante la pérdida de los seres queridos, o de la mutilación de por vida. Como Ortiz no perdió a nadie ni le faltan brazos, piernas, o le sobran secuelas físicas o mentales de algún atentado, se permite cegar la ira de los que sí padecieron en carne propia las acciones de ETA.

No contento con ofender a las víctimas del terrorismo y los millones de españoles que nos solidarizamos con ellas, el escriba se remite a la Constitución Española y su expresa prohibición de aplicar la condena perpetua; cómo si no fuera posible modificar el punto (o cualquier otro) si así lo considerasen los ciudadanos.

Tales prejuicios se extienden a los presos de la banda terrorista (no, desde luego, a los que padecieron los tormentos del zulo, como entre muchos otros Ortega Lara). Cabe transcribir lo que Ortiz escribió al respecto para advertir hasta dónde es capaz de torcer la realidad.

"Se ha insistido hasta la saciedad en la falta de arrepentimiento de De Juana y de otros miembros de ETA que son excarcelados tras cumplir largas condenas.

Tal como se presenta el asunto, se diría que todos están deseando quedar libres para poner bombas".

Las que pusieron o ayudaron a explosionar bombas segaron cantidad de vidas. Dicho sea de paso, muy pocos de los excarcelados de la banda se arrepintieron de algo. El desafiante mafioso De Juana es el ejemplo más clamoroso de arrogancia criminal; aunque no el único, y eso lo sabemos todos.

El articulista niega la presunción, y sumando desvergüenza, prosigue su labor de abogado del Diablo.

"Han sido contadísimos, casi anecdóticos los casos de ex presos de ETA veteranos que han vuelto a las andadas. Es posible que no renieguen a voz en cuello de su pasado por razones imaginables, pero en la práctica están escarmentados. O anulados. O hartos del combate".

Obsérvese el lenguaje empleado por Ortiz para definir actividades criminales. Para él las atrocidades perpetradas por la banda asesina durante treinta años, son "andadas" o prácticas de "combate".

Si hay alguien que está harto de lo que este sujeto llama "andadas" o "combate" etarra, ésos somos nosotros, la inmensa mayoría de los españoles. Creo, no obstante, debiéramos excluir al reduccionista en el cómputo.

Rematando su miserable bando, refrenda el dudoso mérito.
"Quizá conviniera, ya que de eso se habla, que alguien informara a la ciudadanía de los efectos psicológicos devastadores que tiene pasar veinte años en una cárcel. Están muy estudiados. Equivalen, para entendernos, a media pena de muerte.
¿Qué media les parece poco?
Pues vale, exíjanla entera.
Retrátense".

Si señor, me retrato para su prontuario, y hasta el de la banda sin complejo alguno, a diferencia de alguien empeñado en disfrazar malamente lo que le pide el cuerpo en su ladina concupiscencia (como apetito contrario a la razón) para con el terror.

No es la única vez que usted retrata su mala conciencia de falso rebelde. En otros post expliqué de qué modo opera manipulando conceptos que son meros sofismas beneficiando sombrías causas.

ETA y los pistoleros de la organización que purgan cárcel aplicaron la pena de muerte a muchos ciudadanos.

No fue media ni simbólica, sino absoluta. Hoy, esos cientos de hombres, mujeres y niños rotos por bombas y metralla o bala de grueso calibre, sólo existen en la memoria de sus familiares y amigos, prieta en dolor y deseos de justicia.

Para realizar esa tarea realmente devastadora con el prójimo (de la que ud. no refiere una sola palabra de condena expresa) en nombre de una patria cruel, les bastó su código criminal amparado en la sombra.
Nos preocupa bastante menos que al piadoso y "humanista" colunista de Público los efectos psicológicos devastadores de la cárcel que purgan, han purgado o purgarán los asesinos (o "combatientes" según su piadoso lenguaje).

Eso sí, desprecio a todo aquel que entregue su pluma a aquello que niegue la vida, por más que intente disimularlo.

Que Ortiz lo procure con empeño mediante su friso diario de hormiguita torticera, no indica que lo consiga. Parece evidente, que el factor humano de los que han sido o serán blancos de ETA le importa un carajo.

En cambio, a la gran mayoría de españoles, catalanes, gallegos y vascos, sí nos importa. El de los violentos cuenta mucho menos. De hecho la realización de sus pesadillas comportan un peligro para la sociedad.

El presente post, que de paso nos retrata a usted y en este caso a mi, señor Ortiz, es una prueba más de lo que une o separa el factor humano a la hora de interpretar y sentir la realidad.














martes, 5 de agosto de 2008

RESPETAR LA VIDA

Insisto en remarcar el grotesco que significa el aireamiento del señor De Juana.

Creo que las huellas del franquismo y sus cuarenta años de falta de respeto por la vida nos han obnubilado. Los frutos de la masiva y dolorosa siembra son a veces insospechados.

A tal efecto cabrá distinguirlos.

Este absolutorio Código Penal que beneficia el crimen equiparando las penas a una suerte de recreo vital para los delincuentes, lo expresa con nitidez.

Ya lo he dicho en previo post, y lo reitero.

De cara a la sociedad, los irrisorios años carcelarios del jactancioso pistolero representan ante la sociedad española un accidente circunstancial, más que una pena, de la que por otra parte es tan fácil burlarse ante las víctimas y sus deudos.

La ETA es una organización criminal, privilegiada heredera de esa falta de respeto.

No casualmente es De Juana el vástago de un represor falangista. El trasvase ideológico no hizo otra cosa que adaptar las ansias destructoras de padre e hijo a una nueva realidad.

La enemistad de la banda con el franquismo es la excusa que, asociada perversamente al régimen de Monarquía Parlamentaria -donde rige el más escrupuloso Estado de derecho-, pretende asociarla a los males de la sociedad vasca.

En el credo delictivo de estos ases de la bomba genocida y el disparo en la nuca, España representa el Fascismo. Mediante la retorcida conversión eyectan aquél que los carcome de raíz. Por eso hablan del propio dolor y la imperiosa necesidad de proyectarlo a sus opresores imaginarios.

El halo místico que envuelve la actividad criminal de la banda asesina es el karma que ampara la actividad de sus pistoleros. Mientras el terrorismo organizado subsista, sus sicarios justificarán en el patriotismo sus crímenes. El convicto Karadzic es un reciente ejemplo de patriotismo criminal a escala europea.
Ni qué decir del señor De Juana Chaos, autor de 25 asesinatos.

Ante la grotesca excusa de estos mensajeros de la muerte, la justicia debe operar con todo rigor.

La soberbia de De Juana y su insólita pretensión de entregarse mañana a la literatura testimonial, descorren el último velo de la impudicia que regula nuestras propias leyes.

La resistencia del Partido Popular a plantear la cadena perpetua ante el crimen intenta conservar el mugroso velo a toda costa. Los socialistas & cía no son menos inocentes. A todos cabe responsabilidad. Aunque apenas sean responsables o aplicados con aquéllo que lo merece.

No se trata de inducir a que los terroristas vascos "se pudran en las cárceles". Importa, señores, que en su imprudente libertad, patrocinada por la ligereza de criterio y la evidente impunidad que deparan las condenas cortas, ellos no nos pudran a nosotros, mellando la confianza ciudadana en el sistema que tanto costó conseguir.

En tal sentido, la tan temida cadena perpetua debe operar como remedio preventivo ante el karma que permite a los etarras sentirse patriotas, antes que asesinos.

Será bueno poner las cosas en su lugar, pulverizándoles con fuerza de ley el heroico paripé.

En la prisión temporal de muchos sicarios de la banda, opera dicha noción del crimen. La ideologia terrorista y su soporte operativo les absuelve, parcial o totalmente de sus actos, de cara a la opinión y el voto de ciertos ciudadanos en el País Vasco.

Creo que la violencia sólo encuentra su razón de ser ante un poder dictatorial. Y en España no manda Franco hace ya más de treinta años. Sin embargo, la sospechosa lenidad de nuestras leyes para con el crimen y la violencia (no sólo etarra) parece evidente.

Inconscientemente la hemos adherido líricamente a nuestra concepción del mundo. Hoy por hoy en la Europa desarrollada somos más piadosos que nadie. Claro que también legalizamos y aplaudimos -no casualmente- las corridas de toros, sin prestar mucha atención a los violadores y asesinos de género.

El supremo valor de la democracia es el respeto escrupuloso por la vida ajena. El régimen podrá cobijar errores en su entraña. La desigualdad social y la exclusión -desnudas hoy ante las olas migratorias de los hambrientos y desesperados, o sus crisis económicas- son nuestras lacras más frecuentes. Sin embargo, ningún otro sistema permite corregir los desniveles sociales e impartir justicia tan razonablemente.

Quienes desconozcan por medio de la violencia la virtud democrática, con el pretexto que sea, son nuestros enemigos. Por lo tanto, deben ser aislados del contexto social.

Las cárceles están para eso, y no exactamente para que se pudran ellos.

Insisto; si van a parar allí mediante justas condenas, será más bien para que no nos pudramos nosotros, ni los niños que edificarán nuestro mañana; aquellos de los que hoy se burla con tanta impudicia el sádico y miserable De Juana Chaos.

Uno más de los que gozan de libertad a costa -reitero, y aguardo que se me oiga-, de nuestras viejas y enomohecidas cadenas...

viernes, 1 de agosto de 2008

RETORNO AL MEDIOEVO

¡Cáspita, tras semanas de no tirar un euro a la basura compré El Mundo!
Escarbando en el cubo paso por alto los malos aromas que sueltan los conocidos de siempre y extraigo un farragoso artículo del inefable Sanchez Dragó (Fernando, para más señas), titulado "Insultos".
Of course, no refiere los que el condenado Jiménez Losantos (señalo su condena judicial; aunque la otra acepción del término pueda hacerse extensible a sus quehaceres públicos)
dirigió y seguirá dirigiendo a quien se lo ocurra, sino a aquellos que otros dirigen con probada razón, al genio y figura del reconocido calumniador.
La defensa que el señor Dragó realiza de su compadre, calificando de envidiosos a quienes le combaten desde otros medios no es novedosa. En realidad, nada de lo que perpetra este falso rebelde y hedonista del conservadurismo más rancio, es original, pese a la pretendida extravagancia que nutre sus infumables textos.
A más de propagandizar la editora de uno de sus amos, y remitirnos a la figura del toquetón Rey Midas, engrosa su lista de ejemplos históricos justificantes del calumniador, apelando a Thomas de Quincey, Valle Inclán, Góngora, Quevedo, Cervantes, Lope de Vega y el infaltable Camilo José Cela.
Según el deponente, en la literatura abordada por todos y cada uno no escasearon calificativos más o menos semejantes a los utilizados por Losantos, autodefinido como "baturro" y demócrata de pro, pero que igual no conmovió a sus jueces (a los venidos y me temo que tampoco los por venir, de acuerdo a las demandas en su contra, que aguardan turno de juicio y sentencia).
Menos Cela, que además de buen escritor fue censor y al parecer confidente del franquismo, ninguno de los grandes literatos y pensadores citados realizó sus obras maestras en una sociedad democrática. Ni siquiera pudo Valle Inclán, pese a representar cabalmente la generación del ´98 y su época liberal.
Me temo que el pequeño César y su articulista defensor no captan el decisivo matiz que separa el universo arcaico del mundo moderno. Sin duda alguna, sus almas encendidas por la sangrienta tauromaquia y el nacionalismo zarzuelero del pretendido credo liberal, palpitan siglos atrás, sin desvelar la menor traza de los esplendores críticos que mencionan.
Los epítetos que en los talentos del pasado sonaban a justicia y ansia de libertad, son, en boca o pluma de Jiménez Losantos, su gavilla de repetidores y Sánchez Dragó, meros gargajos.
Purulentos esputos de los que hoy -y a Dios gracias, mal que pese a la Cope y El Mundo- en algunos casos se encarga la justicia...

CHANTAJE EN BROADWAY (SWEET SMELL OF SUCCESS)

Estupendo filme en blanco y negro sobre J. J.Hunslecker, un despiadado columnista poderoso en los medios (Burt Lancaster) y Sidney Falco, uno de sus esbirros principales (Tony Curtis).

Al menos una vez al año repaso este "Chantaje en Broadway", del que tantas enseñanzas se desprenden enfocando los medios de comunicación.

El guión cinematográfico de Clifford Odets y Ernst Lehman (basado en una obra del último) no tiene desperdicio. Tampoco su vigorosa e inteligente realización, a cargo del británico Alexander Mackendrick.

El nudo de la historia se centra en los métodos que el cruel sujeto y sus soplón emplean para separar a la hermana del primero, de un joven músico (Martin Milner), integrante en la ficción del conjunto jazzístico del célebre Chico Hamilton.

La invariable bajeza de J.J, su clara pulsión incestuosa enlodando al novio de su hermana con ayuda de Falco, y el universo de roedores y supervivientes de la prensa y el espectáculo que inundan una trama de negro trazo, convierten la magna pieza en imprescindible.

Una constante oleada de odio y desprecio por la dignidad humana salpica esta trama tiburonesca, matizada por diálogos y observaciones profundamente reveladoras. Según J.J "la integridad es como el sarampión; un barril de pólvora presto a ser encendido".
Otros opinan que el columnista más encumbrado de Broadway "abusa del patriotismo y es una vergüenza nacional", el tipo "cuya mano derecha nunca vio lo que hacía su mano izquierda", dueño de "los escrúpulos de un cerdo y el instinto de un gangster"...

Las analogías que desprenden Hunslecker y Falco (maravillosamente interpretados por el siempre vigoroso Lancaster y un Tony Curtis sorprendente) con personajes reales de la prensa y los medios españoles, resultan patentes.
La diferencia radica en que "Jason Jota" (no confundir con Pedro Jota, pues su modelo de entonces fue Walter Winchell) pierde a su hermana, y Falco se gana una paliza de campeonato a manos de su policía grasiento y mamporrero; aunque haya hecho lo indecible por complacer a un amo que desprecia, y le desprecia a su vez.

Entre nuestros J. J. Hunsleckers y Falcos (con políticos torticeros y clérigos de poco escrúpulo agregados) menguan los clientes y abundan los fallos judiciales señalando delitos, y penas a cumplir.
En verdad poco importa que las últimas no crucen la barrera dineraria.

El honor y la dignidad de los calumniados se mantuvieron en alto. En cuanto a las mentiras e inventos- también patrióticos- deslizados en la radio, el papel impreso y la red, o alguna TV francamente menor, el claro retroceso de audiencias y lectores, señalan evidentes mejoras en el criterio ciudadano.

Es una pena que Chantaje en Broadway, rodada en 1957, no sea muy conocida en España.

La visioné el año siguiente en Buenos Aires y aquí la pasaron sin pena ni gloria en la tele. Entonces mi grabadora VHS no se la perdió. Creo que fui uno de los pocos que conservó el tesoro y tan a menudo abrió el cofre. Por eso no me sorprende que la FOX salde ahora a precio de remate buena parte de su edición en DVD.

Debieran visionarla en detalle todos los estudiantes de periodismo, y aquellas personas interesadas en los medios de comunicación y preocupada por sus mensajes, a menudo infecciosos...