Lo bello es noble, digno y eterno si viaja al corazón del hombre

martes, 29 de abril de 2008

CUALQUIER MEDIDA NO ES LA JUSTA

Para algunos sí lo es.

Los quintacolumnistas de Libertad Digital -algunos de ellos provenientes del exterior- confunden churras con merinas.

A los que vienen motejando a los Kirchner, a Chavez o Evo Morales de fascistas los conocemos, de cerca y de lejos. Defienden los valores más retrógrados enfundados en disfraces liberales, entonando cánticos que hacen del franquismo el evento memorable que nos salvó de los rojos.

Son los mismos desvergonzados y felones que presentan al colombiano Álvaro Uribe Vélez -agresor de sus vecinos ecuatorianos- como un demócrata ejemplar.

A más de falsas, dichas calificaciones pasan por alto, tanto la naturaleza del populismo suramericano, como la ferocidad de los militares colombianos, el poder del narcotráfico y la venalidad de la oligarquía nativa.

Dejo una vez más constancia, de no simpatizar para nada con las FARC.

Las señas democráticas de un Estado se establecen por la plena vigencia de los tres poderes, sin que ninguno trabe la independencia del otro o le abduzca. Dichas premisas no se observan en Argentina, Venezuela, Bolivia o Colombia.

Sin embargo, entre los tres primeros países y el último median el terrorismo de Estado y sus escuadrones de la muerte, que secuestran, torturan y asesinan con toda impunidad con el pretexto de combatir la insurgencia.

Quedó suficientemente claro ante la opinión pública mundial el prohijamiento gubernamental de estas actividades, al destaparse en días recientes el bochornoso in fraganti del primo presidencial.

Tampoco puede compararse el peronismo fundacional de Perón y sus gobiernos -respaldados por el Ejército y los sindicatos- con estos lejanos parientes políticos criollos de origen civil, cuyo poder dimana de una profunda crisis y su parcial remonte por la vía electoral, sin que un Ejército jibarizado e inoperante ni sindicatos industriales inexistentes aplaudan el autoritarismo oficial.

Más parecido a Perón es Chavez; como él emergente del nacionalismo militar; a diferencia del otro, respetuoso hasta cierto punto de la oposición y las libertades públicas.

Tampoco el indigenismo de Morales es fascista. A lo sumo destapa diferencias que los anteriores gobiernos bolivianos guardaban bajo llave.

El populismo de estos gobernantes no es fascismo. Tiene con esa ideología algunos rasgos comunes, basamentadas en el liderazgo carismático, la defensa del honor nacional y cierta agitación de masas. La tensión social que promueve en nombre de la equidad y la justicia para todos cobra tintes demagógicos; por ende peligrosos para el futuro. De ahí al fascismo media un abismo.

Sin embargo, lo peor de un populismo enemistado con la verdadera cultura política, es la inevitable corrupción y el despilfarro de recursos públicos sobre los que sienta sus reales. La presión desatada contra medios opositores es su consecuencia lógica. El grado de desprestigio que arrastran sus rivales -antaño en el poder- brinda a este tipo de sistema un plazo histórico importante.

La táctica desarrollada al amparo del previo desengaño en los políticos venales y su honda huella, consiste en redistribuir entre propios y extraños (pero no mucho) los ingresos de la soja (caso argentino) o el petróleo (ejemplo venezolano).

En cambio, la razón del poder en Uribe radica en sujetarse a los instructores militares norteamericanos y el inquilino de la Casa Blanca. La redistribución de recursos enfila en una sola dirección. De hecho la miseria de vastas capas de la población en Colombia, supera en masividad la de Argentina y Venezuela. La de Bolivia es endémica, y poco tiene que ver aún hoy con la confusa gestión de Evo Morales.

Menos populares que Chávez o Evo Morales, los Kirchner no cuentan con fervores masivos. La precariedad de este tipo de gestión se observa en el vertiginoso descenso que las encuestas de popularidad señalan para el gobierno nacido apenas ayer. El 35% es un bajo porcentaje, inversamente proporcional a la inflación del 25% anual, que los guarismos oficiales enmascaran inútilmente en un 8%.

El despido del joven ministro de asuntos económicos, sustituido por otro dócil y abiertamente kirchnerista presagia malos momentos para esta tardía versión de populismo civil.

Insisto; nada que ver con el fascismo. Sí con la chapuza y la improvisación de un bloque de poder basado en el clientelismo, la corrupción, y diez millones de pobres e indigentes dispuestos a votar a cualquiera por un buen cocido.








domingo, 27 de abril de 2008

EL AYER

Tiene una fuerza sin igual. En las dos previas entradas critiqué acerbamente los pastiches informativos de dos biógrafos entregados a reseñar el cine en la persona de un jefe de Estudio y un astro.

El cine de ambos pertenecía al ayer.

He referido el raquitismo humano de este par de obras insustanciales que reseñan vida y obra de cada cual, propias de una cultura archivista, y no me retracto.

Ahora bien, estos autores vivieron a destiempo la significación de Louis B. Mayer y Cary Grant.

Nacieron tarde, y esa natalidad resiente emociones respecto de lo que no es contemporáneo. Pues una cosa es haber nacido cuando en el cinematógrafo el color era una excepción, y la TV o el Cinemascope inciertos futuribles; otra, ver la luz y crecer en pleno desarrollo del color y los otros inventos, tan accesibles en esta era.

Recuerdo como si fuera hoy la emoción infantil de asimilar el Technicolor en las cintas de los años ´40 y ´50 del siglo pasado. Los grandes filmes de la MGM correspondientes a Mayer (y Thalberg) o bien aquellos que hicieron célebre al aún joven Cary Grant, eran bitonales. Planificados del primero al último fotograma en blanco y negro, con ciertas matizaciones de gris; e intensamente grises cuando el filme no estaba a la altura.

Antes, ir al cine en familia prolongaba la sobremesa de los fines de semana. Hoy enciendes la tele, o bien pones un DVD en el lector, te arrellanas en el sillón del living y accedes a tu filme favorito; el que la sala de cine estrenó para ti y el comercio restaura en un pispas ante tus ojos por escasos euros.

¿Alguien puede reemplazar emociones que corresponden a la trabajosa contemporaneidad de una época? Sí; aunque sólo en un caso: de ser un hecho dominante la emoción por explorar el tiempo que nos precedió. Estamos hablando de un ejemplar mas o menos retro. Y que conste menciono una excepción, no la regla general. Se puede recrear bien o mal el periodo prenatal de una parte de la Historia.
Los grandes ensayistas y noveleros lo consiguen.

Lo malo de Scott Eyman y Marc Elliot pretendiendo explicar a Mayer y Cary Grant, radica en la común falta de emoción; vital contando cualquier cosa.

Se me dirá que la genial frialdad de ciertos autores en la vena de Borges, Proust o Truman Capote sustituye con acierto el impulso pasional. Es verdad, aunque sólo en apariencia. La singular alquimia del sentimiento numantino, preámbulo de la obsesión, desarrolla una emoción de baja densidad que, de regir el talento, cobra alto impacto y se trasvasa en términos creativos a la obra en cuestión.

Tampoco es el caso del par de autores reseñados. Ni de los editores que compraron los derechos de edición castellana, tan o más mediocres que ellos. Hace unos meses mantuve un cruce de Emails con una editora de esas y lo reiteré una vez más.
La mediocridad y falta de imaginación están en todas partes. Siempre fue así. Sin embargo, la presente siesta literaria acentúa el que proliferen textos adocenados y se desdibuje más que antes la noción del talento.

Estimo por último, que escribir sobre aquello que se conoce o desea explorarse con pasión hasta el fondo de la gruta, depara buenos momentos al quehacer literario; o a cualquier emprendimiento que mejore la autoestima de una raza humana, precisada en los últimos tiempos de restaurar los valores perdidos.



LECTURAS II

Marc Elliot insiste en brindarnos otro retrato superficial. Su víctima propiciatoria es Cary Grant.
Con todo, este biografiador neoyorquino de Walt Disney y Bruce Springsteen supera ampliamente el tradicional álbum de fotos con malos epígrafes que le dedicó el mediocre y envidioso Lluís Bonet Mojica desde Barcelona, y le imprimió a todo gas el sobrino del golpista Tejero en Madrid.
Una cosa es meterse en el ajo, otra tirar mantequilla rancia al techo. Elliot se sitúa a medio camino, al entregarnos muchas anécdotas a cambio de poquísima carnadura humana.
La terrible infancia de Grant y su tránsito cockney en Bristol, que al final desembocó en el circo Pender, ocupan una pocas páginas de entre las 514 que abarca el texto, index incluido.
El resto es Hollywood durante las siguientes cuatro décadas, mas el periodo de jubilación de Grant y sus randez vous sexuales y/o sentimentales con hembras y varones.
Hace unos días, la uruguaya Cristina Peri Rossi (que tampoco se ha caracterizado por brindar al mundo alguna pieza memorable) señaló que éste era el retrato de un avaro.
En cualquier caso, la avaricia se resuelve aquí por partida doble. A la hora de echar una ojeada a este otro libro de tapa dura y texto blando, incide más la literaria de Elliot que la vital de Cary Grant.
Últimamente, la larga crisis cultural que padecemos se deja ver en este tipo de ensayos sobre figuras del espectáculo. Hay autores como Donald Spoto, que ya no tienen casi nada que decir. Otros, como Elliot, dicen menos. Lejos, como iconos inalcanzables en los tiempos que corren, nos quedan meritorias obras de Ángel Zúñiga, Alexander Walker, John Kobal, Axel Madsen, Robert Payne, Richard Schickel, Jaume Picas o Bob Thomas.
Desde luego, incluyo el enfoque sobre Cary Grant en uno de los capítulos redactados para mi libro: La Piel de los Dioses (accidentalmente publicado por el sobrinito del coronel golpista hace unos años).
Podéis arrostrarme absoluta falta de modestia, y en verdad no es así, de atenernos a la maravillosa teoría de la relatividad.
Al lado de este liviano ensayo, titulado "Cary Grant. La biografía", juro sobre los Santos Evangelios, la Constitución Española y el Estatut de Catalunya, que mi reseña biográfica del personaje alcanza el pico del Everest.

viernes, 25 de abril de 2008

LECTURAS

Comento brevemente "El León de Hollywood"; un libro sobre Louis B. Mayer, el mogul de la MGM.

Esta biografía atiborrada de información es otro texto de Scott Eyman, conocido en España por el dedicado a John Ford.

Razonable calígrafo, el autor sirve a aquellos que se interesan en el viejo Hollywood. Fuera del tema, el tratamiento sobre el judío polaco Mayer es uno más de los que no pasarán a la historia.

Cuando se aborda a un personaje hay que mostrarlo vivito y coleando. Conseguirlo significa unir pasión documental a un cierto talento literario de corte dramático que desnude al personaje en cuestión.

En esta biografía, Mayer (alias LB) figura en cada una de las 700 páginas largas del mazacote, sin estar en ninguna.

Las sucesivas fases de su vida se funden a un anecdotario carente del menor salero. Eyman sabe contar cuentos aburridos con letra pasable. Su clara tendencia republicana inspeccionando al personaje (la tara aplicada a John Ford era idéntica) de poco sirve para explorarlo a fondo.

El foco sobre los actores de la MGM cojea del mismo pie, a pesar del nutrido anecdotario servido con cierta precisión, y las entrevistas del autor a algunas momias vivientes de la época. También colea su evaluación de Irving Thalberg, rezagado en potencia, según Eyman, al lado de la que sería una gigantesca figura de un magnate del cine -el ejecutivo mejor pagado de los EEUU en los años ´30- convertido en leyenda.

Creo que Thalberg, vástago norteamericano de una pareja de judíos suizo-alemanes, brindó a Hollywood y al sello del León mejores momentos que su jefe.

A diferencia del maduro chatarrero metido en el negocio en los tempranos años ´10, Irving era un gran lector con formación universitaria y le emparejaba en energía, pese a una salud endeble que apenas le permitió cumplir 37 años.

Su calidad intelectual aplicada por completo al star system impulsó, entre otras, las carreras de Wallace Beery, Spencer Tracy, Clark Gable, Jean Harlow, Robert Taylor, Joan Crawford, Norma Shearer, John Gilbert, Greta Garbo, los hermanos Marx y Lon Chaney.

El refulgente estilo Metro, respaldado por grandes secundarios, fue apuntalado por los lienzos de Adrian y los escenarios de Cedric Gibbons, impresos en celuloide por notables artesanos y guiones audaces (algunos francamente trasgresores en los comienzos del sonoro) hasta dónde la moral de Will Hays, Breen y las ligas de la decencia lo autorizaron.

A Mayer se le deben sobre todo los musicales de Arthur Freed, emprendidos cuando ya Thalberg criaba malvas. El viejo estilo de los años de oro se transformó en otro más convencional y hogareño, sin dejar de ser comercial. Mayer era el alter ego del Juez Harvey, el rendido admirador de mujeres como Greer Garson y la Kate Hepburn de las comedias con Spencer Tracy.

El control conservador y carrinclón de LB sobre la compañía se mantuvo hasta los años de posguerra.
Luego se entregó casi de lleno al estrellato y los relinchos de sus otros caballos de carrera.

El acopiador Eyman lo detalla con grandes dosis de monotonía; la misma que impera renglón tras renglón en esta correcta traducción impresa por Debate. Munida eso sí, de una hard cover oscura y su vulgar sobrecubierta; tan poco estimulantes como la propia noción que este común y corriente periodista norteamericano especializado en el cine, concibe de la naturaleza humana...




miércoles, 23 de abril de 2008

LOS BARQUEROS DEL VULGO

No son como los del Volga, finamente llevados al lienzo por el pintor ruso Ilya Efimovich Repin entre 1870 /73.

Los pobres barqueros eran bestias de carga. Éstos otros; los que mencionaré a continuación en sus esfuerzos mejor pagados, trabajan por cuenta de amos que les endulzan la vida y los latigazos, al precio de pelotear.

Escucho en RAC 1 al presentador Jordi Basté celebrando la Diada de Sant Jordi como marcando paquete en el hecho diferencial (sic), que nos hace supremos ante España.

El basto ejemplar, fomenta lo que el comentarista deportivo Antoni Bassas desde Catalunya Radio. O sea, que nuestra lengua sea una sola; la que parieron nuestros antepasados en los campos y torreones, o en los celebrados lances almogavares.

Cuantos menos contenidos culturales tenga, con mayor comodidad será empleada.

Así estamos...

En realidad, la mención del paquete no puede ser más demagógica (y machista).

La visceralidad de esta clase de nacionalismo, apelando al instinto de los bajos en desmedro de la razón, el equilibrio emocional y el respeto a la diversidad, transmite en un día simbólico para la cultura y la tradición vernáculos, su mensaje menos aceptable.

Este fascismo de andar por casa se extiende a otros territorios en palabras de Losantos y su troupe de remeros folclóricos.

Resulta que ahora, no antes, la miniatura exige democracia y primarias internas en el Partido Popular. De paso crucifica una vez más a Manuel Fraga, quién, imitando a Su Majestad (respecto de Hugo Chávez Frías) le pide a la acotorrada Aguirre que se calle de una vez.

Mientras tanto, desde CiU Artur Mas lanza un claro envite a Mariano Rajoy y su insinuado viaje al centro. Decidido impulsor del Estatut, Artur le exige que retire la querella contra el mismo, presentada por los legisladores del PP ante el Constitucional.

Parece lógico que nuestro centro derecha pida credenciales de autenticidad al temulento señor Rajoy. Si mal no recuerdo, hasta no hace mucho su formación seguía, guiada por su preclaro mensaje, la ruta que hoy reclama reemprender la lideresa madrileña, invariablemente aconsejada por su protegido Losantos, y el infatigable señor Ramírez.

El dúo comanda la versión mediática de los mentados remeros del vulgo.

Recordáis la musiquilla dramática de ¡Volga, Volgaaaa....! Pues bien. Yo la escucho mientras padezco las memeces reaccionarias de ellos y su tropa.

Para eso uno tiene un Blog.

Ellos anhelan una España Libre y Grande (no confundamos; es en ése orden); mientras, los otros mediáticos de nuestras ondas herzianas sueñan una Catalunya que marque paquete.

Son dos formas de remar desde, y para el vulgo.

Ese vulgo vulgar, tan grato al fascismo.


Pd. Mi observación de hoy la dirijo al Sr Germán Yanke, columnista del ABC y reciente víctima de la señora Aguirre en los cenagosos predios de Telemadrid.

Pues claro que sí señor: me alegra tenerle como lector. Descuide; mis comentarios circulan desde hace tiempo como pan caliente en varias redacciones. Ya era hora de que se enterase.

No es que usted amague reconocerlo, ¡qué va!

Pero se le ve...





sábado, 19 de abril de 2008

EL LIBERALISMO

Estoy harto de escuchar a intervencionistas perorando en supuestos términos liberales.

Justamente, una de las bases de la crisis que hoy amenaza descalabrar la economía europea -y en particular la nuestra- es el liberalismo económico, tan poco sujeto a los controles del Estado.

La burbuja inmobiliaria en los EEUU es resultado de esa política de laissez-faire a los especuladores financieros y su caprichoso manejo de asuntos que han escapado a cualquier fiscalización seria.

En España tanto el PSOE como el PP fueron liberales en esta economía, alimentada en su crecimiento por los bajos salarios y el turismo. Hoy Europa no levanta cabeza ante la desventaja de acreditar un euro claramente sobrevaluado que le impide exportar sus mercancías. Mi amigo, Eduard F., preclaro autor del Blog asociado a la Espada del Zorro, viene detallando con minucia las atrocidades que la libre empresa -más liberticida que libre- fabrica para el presente y el porvenir de la humanidad.

El liberalismo payasesco de Losantos, que tanto influye en Aguirre, es el que justamente precipita a Occidente en la noche de los tiempos. Y no sólo en materia económica. El desastre iraquí, y los tembladerales afgano y Haitiano demuestran que el Occidente desarrollado está mucho más interesado en mantener ejércitos activos, que en liquidar el hambre y la desigualdad en esos territorios.

Hay dos maneras de combatir el terrorismo: una radica en las armas, la otra en la inteligencia y sensibilidad que lleva a promover la dignidad universal como hoja de ruta. Para ello es preciso volcar tiempo, dinero y esfuerzos en la porción planetaria alejada de todo confort; aunque la seguridad de las armas no se deje de lado.

Los EEUU de Bush han gastado cientos de miles de millones en Iraq, agravando extraordinariamente los problemas sociales y étnicos que ya existían en tiempos de Saddam. Desde Israel y Colombia se procuran idénticos estropicios mediante los fuegos del cañón; al precio de convertir los alrededores en un pandemónium. Cuestan dinero, cantidad de vidas humanas, y lejos de resolver viejos pleitos suman otros nuevos.

Los liberales españoles integran la cúpula de casi todos los partidos; sean estos nacionales o regionales. Nuestro liberalismo oficial tiene límites precisos. Se podrán adoptar, por ejemplo, un gabinete con mayoría femenina, sin que la desigualdad entre hombres y mujeres, basada en la tradición y sobre todo en la desigualdad salarial, sean eliminadas.

El mentado liberalismo de la extrema derecha, madiática y política, requiere otro análisis. Lo que en nuestros liberales democráticos revela un costipado, en estos inquisidores vocacionales comporta un cáncer.
Odiar los mal llamados nacionalismos periféricos es desconocer la propia naturaleza de España. La misma es diversa, y por lo tanto rica en sentimientos que pueden ensamblarse, en tanto haya un mutuo respeto.

La condición liberal en estado puro recomendaría su práctica. A ella se arriman casi todos los partidos, menos el PP en la última etapa de predominio extremista y antiliberal.

Representante del sector, el torcido bufón de la Cope no es un liberal sino un autoritario nostalgioso del franquismo. Encarna una nueva versión del mismo adaptada a estos tiempos, sólo posible en la radio, algún periódico, y las prácticas mercenarias de unos cuantos calígrafos arrepentidos de su pasado.

Lo que en el sujeto -hoy acosado por comprensibles demandas judiciales- divierte a la clientela diaria, son sus extravagancias y frases; a menudo canallescas, otras veces menos; aunque siempre destructivas en su trasfondo e intención.

Es, convengamos sin duda alguna, quien mejor vacía el intestino ante un micrófono, hoy por hoy.

Tampoco un periódico como El Mundo nos procura otra fórmula. Simétrica postura desde el campus político asume, hambrienta de mando y potestades Esperanza Aguirre, escudándose en sus votos madrileños y el propio carácter sectario. El mismo la induce a liberalizar el comercio en Madrid, suprimiendo los feriados, y dejando a 200.000 empleados en la calle de prosperar la intención.

George Bush y el señor Aznar les inspiran las falsedades y dislates, semejantes o equivalentes en materia humana.

Debieran considerar que la era del primero finaliza encendiendo la mecha de una crisis mundial sin precedentes, y la del segundo -yerma en muchos aspectos- cumplió su ciclo hace ya tiempo.

De fortalecerse la sociedad civil, a base de cultura y mayor equidad social, a estos falsos liberales les aguarda el cadalso al final del camino.

Lo que para ellos será el olvido, para nosotros representará el fortalecimiento de la democracia.

EL CONTRAGOLPE

Mariano Rajoy habló claro y alto. Y en su mensaje, recio contragolpe destinado a afirmar su autoridad en el Partido Popular, ha sido más bien flamígero.

Los que quieren el partido liberal o conservador que recomiendan la Cope y El Mundo deben irse.

No los menciona expresamente; tampoco a Esperanza Aguirre, pero se trata de la candidata de esos medios; referente confrontado en la violenta campaña que han emprendido contra Mariano Rajoy.

Hace unos meses escribí sobre la probable escisión del PP tras la derrota electoral que ya anunciaban la larga guerra contra los mal llamados nacionalismos periféricos y el arrinconamiento del moderado alcalde de la villa madrileña, Alberto Ruíz Gallardón.

La coexistencia entre el centro derecha de Rajoy, el revalidado Gallardón, Arenas y el Presidente valenciano (entre muchos otros) con la extrema derecha de Aguirre, Zaplana, Acebes y Mayor Oreja, era una precaria circunstancia que tan sólo podía afirmarse derrotando al PSOE. Eso no significaba vencerlo en votos, sino en alianzas. Y el aislamiento al que había reducido la política de confrontación del PP con la mayoría de los votantes vascos, catalanes y gallegos impedía cualquier intento en tal sentido.

Los patrocinadores oficiosos de la señora Aguirre no lo creyeron así e insisten en desarrollar esta estrategia influyendo en el interior de esta formación; la segunda en importancia habida cuenta de sus diez millones de sufragios.

Puede que el señor Rajoy no sea el líder más impetuoso y carismático para enfrentar al Gobierno y su partido en los próximos cuatro años, pero en cualquier caso su actual poder de convocatoria y la clara tendencia inclusiva para con el centro derecha de su partido -presumiblemente mayoritario, hoy por hoy- garantizan la derrota de alguien como la musa liberal en el próximo congreso partidario.

Las chulerías más recientes de la dama, vertidas en clara sintonía con Losantos y el transformista Ramírez, han promovido esta definitiva respuesta, llevándola al borde del precipicio partidario.

Un riesgo que promoverá -de no mediar un retroceso táctico de la audaz lideresa y sus laderos- algunas expulsiones del campo de juego en los predios populares.

La extrema derecha de hoy, digna de un estudio psiquiátrico serio en plural y singular, no ha calibrado su verdadero poder. Tampoco el rechazo de los españoles a los extremos; patente en el vertiginoso ocaso suicida de su icono; José María Aznar.

Muchos de ellos pueden escuchar la Cope o leer El Mundo sin que a la hora de votar respalden plenamente sus contenidos.

O es que, quizá, la paranoia aislacionista conduzca a esta partida por el sendero de la amargura existencial, formando el partido residual que ni la emisora de los obispos y su pequeño monje negro, o el periódico de un ambicioso ególatra que hace rato perdió aquellos papeles que un día le otorgaron credibilidad, podrán convertir en otra cosa que una alternativa de la nada.


miércoles, 16 de abril de 2008

LO QUE FALTABA

Los problemas crecen. Al colapso vial y la sequera agregamos en Catalunya el fantasma de Chernobil.

Eso es Ascó. No en la consecuencia más devastadora, sí en la que podría significar.

De momento enviamos al análisis médico a los ciudadanos del bello pueblo del Tarragonés, cuidando de no atravesar los alrededores si viajamos en autobús o automóvil. Nos informan además, que se ha cesado el director de la central nuclear.
¡A buena hora mangas verdes!

La medida me suena parecida en lo tardía y chapucera, al semi trasvase del Ebro. Forma parte de este reino de la improvisación en el que vamos convirtiéndonos.

Fuera de un plan hidrológico serio y veloz, dadas las circunstancias, todo se hace en precario. El riesgo de un nuevo Chernobil en Ascó, debió haberse conjurado mucho antes.

¿A qué dedican sus esfuerzos nuestras señorías y señorones? A que seamos felices me parece que no. Piensan en ellos. En el cargo, el sueldo y las dietas; obsesiones maquilladas por un dudoso amor a la Patria.

La patria de uno puede ser grande, mediana o pequeña, y hasta si se quiere insignificante. No me refiero a su extensión territorial sino al bienestar de su población. Si el grado de bienestar colectivo es elevado, podemos estar orgullosos de ella. Si por el contrario pasa esto que nos pasa, con el insensato agregado de esta peligrosísima fuga radiactiva, empieza a invadirnos un sentimiento de frustración que va transformándose en ira pura y dura.
Ciertas torpezas oficiales ayudan.

En Vilassar de Mar el flamante gobierno de CiU echó su propia leña al fuego subiendo en un 30% el pago de las contribuciones. No nos explicó a qué se debe el aumento del afán recaudador ni su destino final. Suponemos que en teoría será el bien común. De momento, los carteles del SE VENDE proliferan como hongos en cada manzana sin compradores a la vista. Un año atrás casi no había ofertas.

Me pregunto cuántos de estos vecinos en apuros que intentan vender hoy su propiedad, podrán pagar la desmesurada contribución. Si la radiación nos mata, ciertos impuestos, unidos a esta rampante desaceleración económica, nos van matando un poco más.

Mientras tanto, el gasóleo, combustible de transporte mercantil, clave en la vida económica de este país, rebasa el euro con quince céntimos en tanto la canasta familiar amenaza con llegar al porcentaje local de nuestras contribuciones locales, sin que el Gobierno central ni la oposición expliquen cómo hacer frente a una brutal crisis económica ya admitida por Juan Carlos I (Jefe del Estado) en su último mensaje.

Espero que la contaminación en Ascó sea nada o casi. En sí misma ya es una tragedia. La otra contaminación, provocada por la imprevisión e incompetencia de nuestros funcionarios y poderes (incluido el judicial en sus recientes expresiones, liberando alegremente peces gordos de la delincuencia económica o violadores y asesinos que actúan impunemente), presagia malos momentos para el pueblo llano.

La desgracia de Ascó es la que faltaba para llegar a estos extremos tercermundistas.
¿O es que en realidad nunca hemos escalado otra posición, más allá de la apariencia que ofrece la estadística?
El desarrollo verdadero de un país se mide por estas cosas...


lunes, 14 de abril de 2008

EL MERCADER DE CABALLOS Y EL ROJO

Reproduzco el cartel de estreno de Brute Force (o Entre rejas) y la carátula del VHS editado en Buenos Aires, para de paso insertar un diálogo de Jules Dassin con Louis B. Mayer, el mandamás de la MGM, fechado en 1944.
Entonces Dassin llevaba un año sin rodar una película en el Estudio que lo tenía contratado.
Él y LB no congeniaban desde que el otro se enteró que el prometedor muchacho era izquierdista. Pese a ello, le pagaba su talón semanal, según estipulaba el contrato.
La reunión, concertada por el componedor Howard Strickling, se concertó en la suntuosa oficina
del pequeño y ventrudo magnate.
Muy distendido, Mayer empezó hablando de sus caballos favoritos: los cuidaba y enjaezaba en su millonario aras con la delicadeza que destinaba a sus mejores contratados en la compañía.
-Hace tiempo tuvimos un problema con un jaco extraordinario que batía marcas en la pista de Santa Rita. Resulta que le crecieron los huevos como si fueran pelotas de fútbol. No sabíamos qué hacer, hasta que se me ocurrió algo que puso fin al drama.
Entonces jóven y brioso, Dassin enarcó una ceja y sus ojos centellearon.
-No jules, muchacho; no lo maté. Valía 100.000 dólares y los multiplicaba a menudo. Además, yo le amaba. Y ahora, que vuelve a ser mi campeón, le sigo amando como en plena desgracia. Así soy, y lo sabéis muy bien.
Strickling y Dassin guardaron conveniente silencio.
-La solución fue otra: lo castré... ¿comprendes?
-¡¡Viejo hijo de puta, mis huevos no!!
Mayer permaneció impasible y con gran parsimonia dijo.
-Ahora sal de mi vista, rojo de mierda...
Jules Dassin se fue a la Universal, donde realizó Entre Rejas y La ciudad desnuda para el productor Mark Hellinger, otro rojo de mierda. Darryl Zanuck no era rojo pero apreciaba al Dassin ya exiliado en Londres. La consecuencia inmediata fue La noche y la ciudad. Años después llegó Rififí.
Mayer murió en el olvido. Dassin fue enterrado con honores por el gobierno griego y es considerado uno de los creadores del Séptimo Arte que no dobló el estómago ante el macartismo.
Sus mejores películas siguen vivas...

jueves, 10 de abril de 2008

UN BELICOSO EJÉRCITO DE LIBERALES

Los encuadra en sus columnas ese engendro parido por arrepentidos que se llama Libertad Digital.
Para ellos Charlton Heston era un liberal fino y sensato, John Wayne otro. No pueden faltar Ronald Reagan y el Terminator Schwarzenegger en el catálogo Hollywoodense de hombres libres del polvo y la paja que desprenden las contaminantes izquierdas.
En el catálogo liberticida de rango histórico figuran Ayn Rand, Joseph McCarthy, el Winston Churchil más anticomunista, Douglas MacArthur, y ahora el impopular halcón tejano George Walker Bush, héroe de la Casa Blanca que fabricó por arte de invasión y en un pispas su propio millón de cadáveres.
Lo procuró en el Cercano Oriente, no en Arizona o Wisconsin, claro...
Los mandatarios israelíes son otra columna de Occidente para estos apologetas del defensismo a ultranza. Curiosamente, casi todos ellos eran marxistas o rojillos en su remotísima juventud. Apoltronados en el bunker de la extrema derecha simplifican la Historia tan mal como antes.
Si en el pasado demonizaban a la burguesía y el imperialismo, ahora cargan las tintas sobre cualquiera que no acuerde con ellos. En primer lugar, se auto titulan liberales sin parecerlo un ápice. Sus ídolos de entrecasa tampoco lo son. ¿Qué tienen de liberales José María Aznar o Esperanza Aguirre? La FAES o Telemadrid lo detallan puntualmente; Ramírez lo expresa embobado ante Esperanza en una instantánea que su periódico publica hoy.
¿Liberales?, na de na; o si lo prefieren, res.
Una vez reelegido el pérfido ZP, todos ellos van a la greña con Mariano Rajoy. Le ponen palos en la rueda sin necesidad alguna, pues para ponerlos, él se basta y sobra. Salir de la sombra de Aznar no es fácil. La Aguirre insiste en permanecer bajo el paraguas. Más allá de un programa que no despunta en el horizonte, se abren incógnitas para el destino de una derecha que intenta liberalizarse sin tener claro un liderazgo y su hoja de ruta.
El margen de maniobra centrista se proyecta estrecho entre las pendulaciones del PSOE. Losantos y su patulea claman contra las de Rajoy, asociando el beneplácito de sus oponentes ante el giro insinuado. Sostienen que las lisonjas de Prisa y el ascenso de Ruíz Gallardón en la estimación partidaria reflejan una mala táctica que debilita a la derecha española en su conjunto.
O sea, que si no estás conmigo, estás contra mi; frase más propia del liberalismo hitleriano que de una lógica democrática.
La lideresa de Madrid insta a debatir un programa. Justamente el suyo -impreso y propalado todas las mañanas por su gabinete mediático de facto- fue el que condujo al aislamiento territorial y la consiguiente derrota al Partido Popular.
Pero así son de insistentes estos "liberales". En ninguno de sus bandos asoma sensibilidad social alguna. Los pobres les importan un carajo. En palabras del cruel Aznar, son "los que se jodieron" y se joderán.
Hace unos días uno de los manumisos menos destacados y más reptantes del grupo, mendicante de la prosa al que ni siquiera le publican la foto, sostenía en una pringosa reseña dedicada a otro de su especie.
"Porque en la vida no hay humor: el humor es un comentario, un escudo para que lo real duela menos".
En los artículos de esta gente -el susodicho es un gran admirador de la FAES (y sus presupuestos)- campea esta repugnante noción de la existencia. El pretendido escudo que les defiende de lo real no les protege de sus propias miserias. Lo demás es una fantasía autocomplaciente que justifica cualquier lucubración intelectual, esgrimiendo una escala teórica que va desde la mera pendencia hasta la justificación del genocidio.
La alegría y la fraternidad sólo caben como anécdota del fracaso irreverente de los sentimientos humanos. Con el sansonete justifican su egoísmo enfermizo y el concatenado odio al prójimo.
Recuerdo otro apunte del referido apologeta del liberalismo light, comentando una escena de I compagni (Los compañeros), el extraordinario filme de Mario Monicelli sobre una huelga turinesa en los comienzos del siglo XX. Entonces extrapolaba el fragmento en que un infeliz, sumergido en la más absoluta miseria de su barracón, con mujer y catorce hijos famélicos, se negaba a secundar la movilización de sus compañeros.
Armados con garrotes, éstos se conmovían frente al cuadro.
La escena -que reflejaba la humanidad de los pobres ante otros que lo son más- sirvió al comentarista de LD para justificar que la miseria no fabrica los cambios sociales, y menos aún la Revolución.
Es lo que -lejos de entender el mensaje objetivo que transmite la escena- resaltó del filme, porque coincide con su filosofía de arrepentido.
La mala conciencia intenta universalizarse echando mano de todos los recursos. Para estos señores comporta un hecho trágico proyectado a otros.
Más bien lo trágico está en ellos, por lo que transmiten y perpetran sin que les tiemble el pulso ni les falte un acento.
La moral une a los individuos. Si el contenido de esa moral es positivo, la fusión es creativa. Si no, consiste en una asociación mafiosa, y por ende sectaria. Parece lógico el pesimismo estructural de quienes ven en la humanidad una realización selvática, donde el hombre es lobo del hombre, desplegando la ferocidad del propio instinto con absoluta desvergüenza.
Podrán vestirlo de liberal, pero la precariedad de la prenda desnuda la naturaleza tenebrosa de quienes la visten reflejando un falso sentido trágico de la vida.
Esta gente idolatra en el fondo ídolos crueles.
En Jorge Luís Borges el disfraz empleado era casi perfecto. El respaldo incondicional a Pinochet y Videla acabaron deshilachándolo ante el mundo. Resultó que en La Historia Universal de la Infamia él mismo tuvo su poltrona.
Y ahí se quedó, venerado por los que nada tienen que decir de humano y solidario, este hábil calígrafo del desamor y el pesimismo existencial.
En otros casos -como los del pequeño escritorzuelo resabiado y su amiguito de las Pampas- asoman la mediocridad de un estilo común y su mensaje, invariablemente envenenado.
Amiguetes o patrocinadores aparte, ni uno ni otro tendrán constructivos lectores, ni se les recordará cuando se les pierda de vista en la escena planetaria.
Son monotemáticos y especialmente aburridos. Aman la superficie de las cosas y a ellas, verdades heladas, tan falsas como carentes de toda emoción, les ofrecen sus patinajes caligráficos; meras cabriolas para ganarse el pan, pagar la deuda de anticipos con el agente literario, o engordar la vanidad.
Detestan el populismo de Chávez o la opresión castrista, y adoran a Uribe Vélez, cerrando los ojos ante sus escuadrones de la muerte y la miseria del pueblo colombiano; o para variar, la del palestino. Las naciones de España comportan sus blancos de ataque más frecuente. La diversidad es un fenómeno desconocido para quienes niegan el sentimiento de comunidad y pertenencia. Losantos nos quiere a todos de Teruel. Otros ni siquiera tienen patria, o se inventan una sionista y likudiana en Israel, pese a no ser judíos y residir entre nosotros.
En Libertad Digital -cuya licencia de emisión deben Losantos y Alberto Recarte al magic touch de la señora Aguirre- y en todos los medios a su alcance (que no son muchos), los belicosos amantes de la libertad (en su versión Digital) funcionan, renglón más, renglón menos por un igual. En la tarea hay uniformidad y unanimidad vertical, de arriba hacia abajo, como en la vieja mili del franquismo.
La variante de machacar, consiste en seguir machacando sistemáticamente a quienes no opinan como ellos.
Éstos, señoras y señores, son los "liberales" nuestros de cada día; los de España y allende los mares.
En los inicios del siglo XXI, el ejército de falsos liberales actualiza la vieja estirpe reaccionaria de Occidente.

miércoles, 9 de abril de 2008

EL VIEJO Y EL RIFLE

Charlton Heston (nacido John Charles Carter), con peluca y vigor de anciano cascarrabias, abogando por la causa del rifle durante un mitin en el 2000, cuando intentaba controlar su alcoholismo y los médicos le radiaban un tumor prostático. En sus últimos años un tropezón en las escaleras de su mansión le había fracturado la cadera, rompiéndole todos los dientes. Con dentadura postiza sonrió de continuo a Bush (la Asociación riflera aportó la friolera de 20 millones de dólares a su campaña) y siguió denostando a Clinton, a quién acusaba de haber "convertido la Casa Blanca en un burdel" y de haber tolerado la presencia de homosexuales en el Ejército.
Tenía Alzheimer pero lo mató el cáncer. Para el público no existía más que en los formatos VHS y DVD, o en las reposiciones televisivas de sus viejos éxitos, cuando era el símbolo viril de la dignidad bíblica y los personajes históricos idealizados por la maquinaria de Hollywood.

martes, 8 de abril de 2008

LA CAÍDA DE UN ÍDOLO

Es Jordi Pujol. Un compatriota de excepcional capacidad y trayectoria en Catalunya y el resto del mapa español.

Ningún error de los que haya cometido en el pasado (nadie se salva de cometerlos) se equipara al perpetrado en la víspera.

Es correcta su evaluación de las víctimas derechistas y clericales durante la Guerra Civil en Catalunya. Pero tal afirmación no se ajusta al crucial factor del golpe militar que desató la reacción de las masas obreras y campesinas aquí, en Madrid, Valencia y otros territorios. La pavorosa injusticia social que padecía buena parte del pueblo español requería medidas urgentes, y el triunfo electoral del Frente Popular las animaba a intervenir sobre el ánimo de su Gobierno, congresistas y alcaldes, infuenciados por el vigor de sus sindicatos y núcleos radicales.

La contundente y heroica reacción catalana ante la sedición de los dueños del armamento estatal fue, junto a la resistencia de Madrid, una de las acciones más conmovedoras del siglo XX.

Sin duda alguna se cometieron injusticias en el afán de reprimir el manotazo fascista. Sin embargo, ellas cuentan menos que la defensa de la joven República y sus instituciones.

Hoy el señor Pujol recomienda a la Generalitat pedir perdón por los muertos clericales (y no) de la derecha. Éstos no sólo iban a misa y rezaban. Apoyaban desde la retaguardia el golpe empleando todos los recursos a su alcance. No eran muchos, pero la furia popular tampoco supo distinguir la oposición del quintacolumnismo. La legendaria ferocidad de los militares españoles despertaba miedo y rabia a espuertas; sobre todo en los más humildes.

La ligereza de condenar a secas los crímenes y horrores del campo republicano eviscerando las causas de la guerra y su terrible desembocadura en régimen oprobioso, retardatario y genocida, significa acordar con Pío Moá, César Vidal, La Cope, Aznar, y el camaleónico señor Ramírez.

Para ellos no cuentan las terribles injusticias que precedieron al combate fratricida. Menciono a algunos de estos desmemoriados, pero hay muchos más. Todos se han congratulado reseñando el infausto envite pujoliano.

Estas afirmaciones se unen objetivamente a las de la su consorte, la señora Ferrusola, comprometiendo seriamente a CiU, una formación política de centro derecha que, a diferencia del Partido Popular ha mantenido una postura antifranquista hasta hoy.

La influencia de Ángela Merkel pidiendo perdón a los israelíes por la Shoa ejecutada por los nazis es patente.

La diferencia radica en que Pujol solicita (tras 23 años de honorabilidad en la que no abrió la boca) las disculpas oficiales para con las víctimas que apoyaron el alzamiento de los crueles africanistas del General Franco desde Catalunya. De paso, repudia la Ley de Memoria Histórica, aprobada por los diputados y senadores de su formación.

Dudo que en CiU o la Generalitat le lleven el apunte. En Artur Mas y Josep Antoni Duran i Lleida se acreditan aptitudes opuestas al liderazgo carismático que en otras épocas fundacionales debió asumir Pujol. Los avances de nuestra democracia rechazan los arquetipos de ayer. El momento es otro, y él parece empeñado en desconocerlo.

De continuar así, a lo mejor le invitan Jiménez Losantos (hoy le definió abuelete) y Ramírez a parlotear sobre el tema ante el micrófono de los obispos, o redactar algún articulito de esos que patrocina el acomodaticio ujier Álex Sálmon desde la edición catalana de El Mundo.

Pujol pasó la Guerra Civil y la posguerra inmediata en buenos colegios. Sugestivamente, estudió el bachillerato en uno alemán. En esa época, los centros educativos, clubes y empresas germanas eran centros de propaganda y espionaje nazis, amparados por Serrano Suñer y la Falange. Parece difícil que la formación del joven alumno se haya sustraído, al menos, del elitismo pedagógico impartido por sus profesores.

En ningún caso digo que el señor Pujol emergiera de aquellos claustros convertido en un cachorro de Hitler, o en un voluntario del franquismo. Su historia adulta lo registra demócrata, resistente y nacionalista. A diferencia de otros lideres surgidos de la Transición purgó cárcel y desde el principio se definió contrario a cualquier sistema totalitario. Pero lo que uno lleva de malo adentro -si lo lleva- a veces tarda en salir. El momento histórico y un retiro aparente invitan a permanecer a cualquier costo, manifestando cierto rencor, antes adormecido a causa de otras circunstancias. La extrema derechización del todavía joven José María Aznar comporta el caso típico de una emergencia intemperante, y preñada de arcaísmo.

Desde ayer no está solo en el panteón de los ex presidentes airados.

A menudo, la vejez crepuscular favorece que brote la lava del volcán.

Y ahí tenemos a don Jordi Pujol, para certificarlo -con pena y dolor por mi parte-, una vez más.








lunes, 7 de abril de 2008

LO QUE VENDEMOS

Albert Rivera ha denunciado la hemorragia de 25 millones de euros destinada a las embajadas catalanas en Europa. En la sede alemana, "la bandera española está en la tintorería", según ha explicado con su malla folla habitual el señor Carod Rovira.

A este pájaro le conocemos el trino. Lleno de odio estanquero y ansias de notoriedad (en ocasiones el uno proyecta la otra) ofende a España; un mapa al que (por desgracia para nosotros) pertenece, lo quiera o no.

Lo de las embajadas es patético antes que provinciano. Hoy lo reiteró desde Catalunya Radio en su estilo futbolero Antoni Bassas (el que confunde España con la China), emitiendo su panfleto habitual desde Ecuador. Fue un despliegue folclórico destinado a hermanar consciencias en el limbo del hecho diferencial. Las de los ecuatorianos residentes en Catalunya (explotados sin piedad) y la de los catalanes progres (piadosos con el Tercer Mundo y sus avatares apoltronados en el Primero).
Carod y sus embajadas dels collons procuran el mismo efecto.

Estos aviaceos exaltan la lengua y la tradición, junto a una grandeur catalana vacía de contenidos culturales, insuficiente en carreteras y tristemente varada en plena sequía.

Lo de la sequía se confunde con el gastado símbolo. Lo verdaderamente reseco y agrietado es este nacionalismo clientelar instrumentado por vivillos ansiosos de figurar en la Historia y poco más.
La triste realidad es otra.

Los que trabajamos de verdad poco tenemos en común con estos patriotas del ombliguismo. Ellos han transformado a los catalanes en un conglomerado poco creativo; una panda de rentistas y especuladores cegados por la leyenda del seny, y aferrados al valor en alza de una propiedad que, para colmo de males hoy cae en picado.

Detesto profundamente a los comisarios que censuran las lenguas, multan a los comerciantes que no rotulan en catalán y envían las banderas que no sienten suyas a la tintorería; cómo si fueran prendas en desuso y carne de remate.

Si el Poder Judicial funcionara en este país, el insolente Carod Rovira debiera ser enjuiciado. Los 25 millones de euros que él y Montilla se han gastado con tanta alegría en boludeces no salen de los bolsillos societarios de ERC o el PSC, sino de los impuestos que pagamos todos. Incluso, los tantos que aborrecemos a esta patulea.

Tocado el punto, desembocamos en las miserias del PSOE y sus barones. Protecteur de Carod, el señor Montilla es uno de los más influyentes, a tenor de los votos que acreditó la sucursal vernácula el 9M. Con el monedero abultado, el honorable se nos revela generoso despilfarrando recursos ajenos con pasmante liviandad.

Al noruego Vidkun Quisling no lo había elegido otro que Hitler y las SS, pero su función traidora se asemejaba. En nombre de la ambición vendía a sus compatriotas sin cortarse un pelín. A Montilla le quedan pocos, aunque los cuida como si fuesen hebras de oro. De paso verduguea la lengua común del Estado (que es la suya materna).

No sólo en esa propensión a ceder todo a cambio del trono se parece a Quisling y Carod Rovira.

Con veinticinco millones de euros se pueden hacer muchas cosas en pro de la comunidad. Realizarlas desde Catalunya hacia dentro o afuera nos honraría.

Ellos, los de siempre, prefieren un deshonor que juzgará la Historia. A ver si de una vez por todas colaboramos con ella extendiéndoles el condigno diploma a estos vendedores de la patria...




domingo, 6 de abril de 2008

EL CAMPOSANTO

Los obituarios engordaron a costa del cine en las últimas semanas.

Primero se fue Richard Widmark con 94 años, después Jules Dassin con 96, ahora Charlton Heston cumpliendo diez menos que el primero y doce que el segundo. Los tres fueron longevos y provechosos para el cine y la vida.

De Widmark lo visioné casi todo. Me siguen impresionando sus dos canallas de El beso de la muerte y La noche y la ciudad. La última pertenece justamente al Dassin emigrado a Europa por culpa del macartismo. Se rodó en Londres, donde Darryl Zanuck, capo de la Twentieth Century Fox tenía unos dólares a disponer. El filme me gusta menos que El Beso... pero Widmark está enorme en su formato roedor.

A estos roles le siguen otros algo más heroicos cumplimentados con eficiencia. Fue larga y feliz su carrera. El estrellato de este actor correspondió a una época en la que aún los grandes Estudios no habían perdido sus salas a causa de la ley antimonopolio; aunque estaban a punto de hacerlo, con el agregado amenazante de la caja tonta iniciado su primer raid en los hogares norteamericanos.

La mayor porción de sus películas se rodó en color y cinemascope. Le emplearon grandes directores embastándolo con galanes apuestos, grandes característicos y actrices bellas. Su buen envejecimiento le autorizó constantes papeles. El resultado nunca dejó de ser satisfactorio, pese a que su rango estelar no fuese impresionante. Una buena formación teatral y el saber estar ante la cámara nos permitirán visionarlo de vez en vez,; sobre todo si median Henry Hathaway, Dassin, John Ford o Samuel Fuller.

De Chuck Heston no hay mucho más que decir de lo que ya se dijo.

Era un buen interprete -de la quinta peliculera de Widmark- y su físico, al que agregaba una presencia contundente y agradable, le llevaron al estrellato. Fue un favorito de Cecil B DeMille en películas que impulsaron decisivamente su carrera.

A mí me ha deleitado especialmente en El espectáculo más grande del mundo (DeMille), Ben Hur (de William Wyler) y El planeta de los simios (de Franklin Schaffner). En todas viene a ser algo así como un macho man ilustre. En Sed de mal compone un policía mexicano aceptable. Pero Welles/Quinlan lo opaca y relega al reparto.
¡Y pensar que fue Heston quien le consiguió la regencia del filme en la Universal!
PD. Los genios que no se enroscan en el sistema que eligen, suelen depender de los buenos amigos sin ápice de su talento a la hora de yantar...

Con registro dramático inferior al de Burt Lancaster, su filmografía de héroe americano metido por el negocio del cine en papeles sacros o geniales (como el de Miguel Ángel) sitúan a Charlton en cintas más comerciales y espectaculares, que en cualquier caso suelen disfrutarse. Menos El Cid, que nos pertoca demasiado para que le festejemos el rol, le aplaudimos un poco en todos. Sobre todo por las estrellas que besaba y abrazaba cuando encarnaba aventureros sitiados por la marabunta (Eleanor Parker, dixit) o las guerrillas orientales de Jennifer Jones.

Republicano de pro y defensor del armamento privado (sobre todo el típico rifle) amparado por la legislación de su país, no se metió para nada en el macartismo ni se granjeó enemistad alguna entre sus colegas de oficio, salvando cierta inquina de Barbara Stanwyck (le llamaba Moisés, por su papel en Los diez mandamientos).
Su libro de memorias está bien escrito, revelándonos a un tipo sensato y normal. ¿Qué más se puede pedir a un astro de Hollywood?
Lo único que nos sobra es la medalla al mérito que George Bush colgó en su alzheimer. Lo preferíamos cuando memorioso aún, apoyaba a Martin Luther King.

El Jules Dassin cineasta se nos fue hace tiempo. No rodaba desde 1980, pero su mejor producción es sin duda la del periodo de posguerra.

Yo era un chico de doce o trece años entregado a hacer novillos, cuando en un cine de ésos, perdido en los arrabales de un pueblo suburbano en la provincia de Buenos Aires, me electrizó un programa doble. Proyectaban Entre rejas y La ciudad desnuda, ambas de Dassin y del ´46.

Eran cine negro de pura sangre.

La primera, interpretada por Burt Lancaster encabezando con enorme vigor un dramatico plan de fuga carcelaria; la segunda con el viejecito Barry Fitzgerald componiendo a un sagaz y familiar detective de Nueva York.

Aparte de constituir obras maestras del género, destilaban neorrealismo a la americana. Tiempo después llegué a Rififí; excelente filme de su periodo francés aunque inferior en brío a Entre Rejas y en frescura a La ciudad desnuda. De su romance y casorio con Melina Mercuri salen algunas películas. La más famosa es Nunca en domingo, ambientada en Grecia. Fue la más exitosa y la que menos me gusta, si se exceptúa a la maravillosa Melina, pieza capital en la vida de Dassin y en otras causas, todas antifascistas.

Hijo concebido con su primera esposa, la violinista húngara Beatrice Laurer en los EEUU, Joe Dassin fue célebre por mérito propio en el mundo de la canción. No sólo tenía buena voz. Compuso maravillas como Les Champs Élisées y Guantanamera. Por desgracia murió a los 42 años de un infarto en 1980, durante una vacación thaitiana.

Su padre fue enterrado a los pies de la Acrópolis junto a la tumba de Melina. Ambos recibieron honores y menciones de los últimos gobiernos helenos.

Mientras aguante el cuerpo yo me remitiré a seguir disfrutando con los filmes negros de Jules, las vibrantes interpretaciones de Melina y las inolvidables melodías de Joe.
En uno u otro formato, ellos y los previos difuntos recientes figuran en mis anaqueles. A veces me tiento y les digo ¡hola!, cómodamente arrellanado en el sofá, mientras ellos repiten el número mediático en la pantalla del televisor, disco mediante.
Merced a este sueño hecho realidad por la ciencia y la técnica, estos flamantes moradores del camposanto son como de la familia...










sábado, 5 de abril de 2008

LA VIDA Y EL ARTE

Entro al trapo comentando la primera en su apartado de actualidad.

Ingrid Betancort agoniza en las selvas colombianas sin conmiseración alguna. Los culpables del probable deceso son, en primer término, los secuestradores. En segundo el Presidente Álvaro Uribe, al valorizar más sus rehenes que los de las FARC.

¿Rehenes? Pues sí, en cierto modo. Los escuadrones de la muerte y las tropas de la contrainsurgencia operan con licencia oficial en Colombia, causando muertos, heridos, y muchas desapariciones, puntualmente denunciadas por las organizaciones de derechos humanos.

Se me dirá que no cabe comparar a Uribe con Marulanda. No, desde luego. Tampoco equivalen 20.000 insurgentes contra 500.000 soldados equipados con modernas armas y apoyo logístico de Washington. Pero en comparación con estos medios materiales, el funcionamiento del Estado de derecho en este país, donde la vida vale tan poco y la miseria generalizada se destaca por encima de su disfrute, resulta especialmente defectuoso. Cabe informar que sobre 8.000.000 de asalariados, en Colombia sólo 300.000 gozan de beneficios sociales y cobertura sindical, laboral, sanitaria, etc.

El Ejército de este Estado represor, apenas maquillado por coloretes democráticos, ocupa el séptimo lugar en el ranking mundial de efectivos y armamento en relación con la población y el PBI, erigiéndose en la segunda fuerza armada del continente americano. El tutelaje del Pentágono y la CIA sobre el mismo data de la supervisión de las misiones norteamericanas que lo adiestran desde la guerra de Corea (donde intervino un batallón colombiano), y el combate posterior contra un narcotráfico que destina el producto de sus actividades criminales a ese enorme mercado.

Enredado en el pandemónium aparecen Hugo Chavez y el ecuatoriano Correa, solidarios con las FARC por razones de un nacionalismo geopolítico hoy boyante el el área.

El gobierno español ha preferido abstenerse de intervenir activamente en los recientes conflictos entre el acotorrado bolivariano y Correa con Uribe, pese a ser el segundo inversor en Colombia, detrás de los EEUU. El criterio de no meneallo se ha impuesto tras la gira europea de Uribe y su promocionada visita a España.

A propósito del terruño y sus protagonistas políticos, destaco la burbuja informativa que rodeó la mediática soledad de ZP en la cumbre otánica.

Las sucesivas menciones de un gripazo, el desconocimiento del inglés, su ánimo por el piso, unos profundos dilemas hamletianos sobre el futuro destino de su gobierno, o todo junto, me parecen desproporcionadas. La enorme tensión de la campaña electoral pasa factura a cualquier peso pesado. Rajoy se recobró del desgaste en unos cuantos días mexicanos. ZP no pudo permitirse el lujo. Ganar las elecciones significa un peaje doble. Y más cuando habrá que gobernar frenando los reflejos españoles de la crisis económica, junto al pandemonio que aportan las previsibles negociaciones con socialismos regionales o formaciones nacionalistas, el combate contra el terror y la inminente ofensiva de la oposición.

Que el señor Bush no haya sido cordial con el revalidado presidente tiene poca importancia. Tampoco son cordiales sus propios compatriotas con él.
Es un tipo acabado.

En cuanto a los restantes aliados de la OTAN, no han mediado roces ni enemistad alguna. Probablemente la Cumbre de marras fuera bastante aburrida o en todo caso frívola desde el punto de vista de las relaciones personales. En cualquier caso, ZP es hoy el único gobernante de izquierdas al frente de una potencia europea.

Parece que Joan Puigcercós se hizo con el aparataje de Esquerra Republicana de Catalunya mediante el 71% de los votos asamblearios. Se confirma entonces que la renuncia de Josep Lluís Carod Rovira era la crónica de una muerte política anunciada. Que le vaya bonito a los nuevos mandamases, si así lo deciden los votantes y una opinión pública a la que todos estos patriotas poco circunspectos defraudaron en los últimos tiempos.


El comentario referido al Arte, surge al visionar otra vez un clásico.

Caté con apenas siete años El tercer hombre (GB 1949), y repetí el manjar unas veinte veces a lo largo de mi vida.

La de hoy fue una más, con el agregado del sabor nuevo impregnándose del viejo. Las grandes obras maestras, broten del papel o la cámara, siempre ofrecen descubrimientos. Lo inconmensurable de este Carol Reed supremo, radica en la sabia proporción de la mezcla entre guión, música, imágenes e interpretación. Creo que su inmortalidad consiste justamente en que ninguno de los apartados está por encima del otro. En la trastienda de caja operaba, cómo no, el legendario emigrante húngaro Alexander Korda, financista de los grandes clásicos británicos de los ´30 y ´40.

La escena de Welles, embutido en su abrigo oscuro y su sombrero de ala ancha sonriendo a Cotten desde las peores sombras de Viena, o la final, con Alida Valli perdiéndose en el horizonte de la carretera ante Cotten (ejecutor final de su ex amigo, un adulterador de terramicina que llena de niños el hospital), reclinado contra un carro destartalado, son dos joyas de la narrativa. El tema de la vieja amistad rota por la corrupción de una de las partes es tan recurrente en la novela negra o de intriga como la de la mujer que traiciona. En este caso se cumple la premisa inicial; aunque tarde en saberse.

Reed y Welles mejoraron considerablemente el libreto original del experto Graham Greene; agente del servicio secreto británico. La precariedad de la posguerra se refleja en todos los ambientes y personajes de la historia; sin que por ello falten toques de irónico humor sobre la literatura y los roles que en ella desempeñaron James joyce y Zane Grey, el esplendor de los Borgia, y el modesto reloj cu cu, puntual conquista en tres siglos de democracia suiza.
No contentos con haber diseñado un guión inteligente, pusieron en el empeño todo el arte de la narrativa en imágenes, respaldados por los restantes actores y el equipo técnico.

La italiana Valli, de modesta trayectoria en el cinematógrafo, está bellísima y sombría como refugiada checa devota de Harry Lime (pese a su descomposición); Josep Cotten (gran amigo de Welles, a quien le debía su ingreso en el cine), compuso el tercer gran rol de su carrera -los otros dos se los debe a Alfred Hitchcock (Sombra de una duda) y William Dieterle (Jennie)- componiendo al escritor de novelas del oeste que busca a su amigo (Welles/Harry Lime) en Viena. En tercer lugar destaca Trevor Howard como oficial aliado operando en una ciudad ruinosa, y gestionada por cuatro ocupantes.
Los restantes actores están en su sitio, crispando la intriga y el misterio de un real traficante de muerte que dieron por enterrado y está peligrosamente vivo.

La cítara de Antón Karas, ejecutante que Reed descubrió por casualidad en un club nocturno vienés, impregna todo el filme con una belleza melódica tributaria de antiguos valses. Los temas del filme, en especial su leit motiv, se vendieron como rosquillas en todo el mundo, haciendo célebre al compositor y notable ejecutante de un inusual instrumento de cuerdas.

Si bien Welles aparece promediando el filme, su labor componiendo al cínico Lime domina -como siempre- el reparto y en este caso el desenlace del drama. En realidad intervino en la cinta gracias a Cotten, rechazando participar en las ganancias a cambio de 100.000 dólares cash. Los precisaba para financiar Otelo, una de sus obras mayores.

De haber aceptado el porcentaje podría haberse financiado varios filmes dando un vuelco histórico a su carrera. Pero así era este gran consumidor de habanos y las corridas de toros, viviendo al día y procurándose los garbanzos al interpretar personajes que, desde la cabeza del cartel o el reparto empequeñecían al resto, para endeudarse luego en proyectos propios; casi todos fallidos en el plano económico.

Quizá a su imponente presencia se deba la turbia y fascinante atmósfera conseguida en El tercer hombre, realización plena de efectos no reiterados en las restantes labores de Carol Reed; un cineasta británico sin duda excepcional al que faltaba el toque de genio que caracterizaba a su principal intérprete en esta obra maestra.
























miércoles, 2 de abril de 2008

EL TORMENTOSO REINADO DE CRISTINA

Me refiero a la Fernández, madre de los hijos de Néstor Kirchner y Presidenta dinástica por obra y gracia de la debil y corrupta elite política argentina.

Los paros del agro, disconforme con las retenciones oficiales a las exportaciones de soja y otros bienes de la tierra y el agua, comportan un frente unido de poderosos terratenientes y sembradores empobrecidos. Unos y otros se rebelan contra la quita que, del 37 % subió por decretazo al 45%. Otro problema agregado radica en la virtual adhesión de varios alcaldes provinciales y gobernadores del partido oficial, quienes, sometidos a la presión de su clientela agraria precipitan la descomposición del mismo.

Las soluciones del populismo se basan en estas podas, por tradición y leyenda, negra para algunos, justiciera para otros. Mediante las mismas Juan Perón financió su política distributiva desde 1946 hasta 1955, año de su derrocamiento. Por entonces los sindicatos obreros eran poderosos y se centralizaban en la CGT (Confederación General del Trabajo) oficialista. La deuda externa no era abrumadora y el nivel de vida de los argentinos determinaba que el plato no faltara en la mesa, con servicios sociales ampliamente garantizados.

Las quitas, por cierto draconianas, eran efectuadas por el IAPI, organismo centralizador del comercio exterior, afectando a los ganaderos y sembradores de la Sociedad Rural. Perón compraba por diez y vendía por treinta, embolsándose la diferencia. Los beneficios se repartían entre los grandes burgueses, los burócratas del peronismo y las masas populares, desalentando claramente la producción agropecuaria, vital en la economía del país, más allá de las fantasías industrializadoras del Líder.

Hoy los Kirchner, aprendices del brujo sin su circunstancia histórica, su talento operativo y el enorme carisma que desbordaban él y Evita, lo tienen peor. La deuda externa actual alcanza los 150.000 millones de dólares, debiéndose abonar servicios anuales a los acreedores por valor del 10%.

En los últimos años el país ha crecido a altas tasas merced al alza internacional del precio de la soja como valor alimenticio, destinado mayoritariamente al gigante chino.

El gobierno conserva el peso artificialmente devaluado; luego cobra soja en dólares y paga en pesos, emitiéndolos a destajo. A más de devorar el valor de los salarios, la consecuencia reporta una inflación anual del 25%, que oficialmente se rebaja al 10%. La obsesión se centra en acumular divisas que baten records históricos, mientras el modelo de crecimiento impuesto en la etapa de Menem y refrendado, luego de la virtual expropiación que significó el corralito para los ahorristas en dólares, por una pesificación de la economía que afectó a vastas franjas de la clase media.
En la Argentina actual los sueldos no rebasan los 1.500 pesos (vienen a ser unos 250 euros) mientras el azote de la pobreza continúa flagelando a un tercio de la población.

El papel de los sindicatos actuales -raleados por la poda industrial del pasado menemista- es accesorio y dependiente del peronismo oficial, hoy en manos gubernamentales.

Mientras los Kirchner festejan a las Madres de Mayo y encarcelan a algunos genocidas del pasado, vistiéndose con colores antiimperialistas de tanto en tanto, la crisis avanza. De hecho, este frente unido entre oligarcas y pequeños y medianos cultivadores es lo peor que les podía pasar. A ello se une el desabastecimiento, unido al paro de los transportistas, mientras los acopiadores de grano y fletadores son los más beneficiados en perspectiva, al no ser afectados por quita alguna en los precios.

La presidenta dinástica ha salido al desteñido balconcito rosado de la Plaza de Mayo, clamando con malevo énfasis, la urgencia de argentinidad, frente a los saboteadores del paraíso kirchnerista. La corte de piqueteros oficiales, las madres de Mayo y los siniestros burócratas de los sindicatos (ya no metalúrgicos ni textiles, sino transportistas) la han vivado como en los mejores tiempos del peronismo.

Es un decir; pues lo que antes tuvo dimensión de fasto es hoy la raleada comedieta de unos pocos miles, organizada por un matrimonio que maneja 18 empresas, y los beneficiarios de sus prebendas y sobornos. En ese marco, los afanes distributivos del gobierno en procura de equilibrar los factores de producción son relativos y cuestionables. También su escaso talante democrático para con quienes le critican desde los medios.

Cierto es que el país creció desde el mandato de la pareja hasta hoy, aunque en medio de desigualdades endémicas y una enorme corrupción en las esferas oficiales. El desprestigio político de esta democracia averiada es patente en todos los órdenes. También el escepticismo de los ciudadanos. Por suerte, ya no hay Ejército que aseste el golpe definitivo al precario estado de derecho. Empero, la crisis económica avanza inexorable. Las retenciones no afectan en igual medida a los grandes (ochocientas familias dueñas de las mayores extensiones cultivables) y los pequeños o medianos (organizados en la Federación Agraria Argentina).

Ahora resulta que los pleiteantes han dado el plazo de un mes al Gobierno. Finalizado el término y de no mediar una solución al tira y afloja, volverán los paros y cortes de ruta desabastecedores.

En épocas de Perón era imposible un desafío social semejante. En parte porque su Ejército y la policía lo respaldaban. Pero éste es otro país, y pese a que el legado populista subsiste a efectos de gobernabilidad más o menos concertada (aunque del mismo queden jirones), su extinción despunta en el horizonte sin que asomen alternativas de sustitución demasiado felices para la democracia y el previo equilibrio social que la dinamiza.




martes, 1 de abril de 2008

GRAZNIDOS Y ALARMAS

Los primeros salieron esta mañana de la Cope. Losantos está que trina con los movimientos en el PP.
La tertulia era puro graznido contra Soraya (Sáenz de Santamaría) y Rajoy. Quién graznaba era él. desde luego.

A su vera, Ramírez y Francisco Marhuenda (director de La Razón) procuraban atemperarle. Era imposible, y más después que la flamante portavoz desairara a César Vidal rechazándole un gentil hospedaje en La Linterna.

El pandemonio del cuervo finalizó con una frustrada grabación (el sonido era pésimo) del Grupo Risa, la pseudojocosa claque obsequiada por el presentador a sus escuchantes.

Resulta penoso que Marhuenda concurra a La Mañana para ser flagelado de continuo por su respaldo a Rajoy. Losantos utiliza esparrings si alguien de la derecha mariacomplejada se le pone a tiro.
Debiera saberlo de sobra este profesional del periodismo, competente profesor universitario y funcionario de cierta tradición en los gobiernos del PP.
Seguramente, el masoquismo que le disfraza una consciente ansia de notoriedad, le impide resistir la tentación mediática de acudir a un espacio de tanta audiencia, en vez de permanecer en Radio 4, donde por lo menos le respetaban y no hacía el ridículo.

Siendo el masoquismo un calamitoso bien público ampliamente difundido- y a menudo tan amparado por espejismos que conducen a perder la dignidad-, opto por respetar a quienes lo manifiestan con libre albedrío.

Qué lo diga sino José Bono; el terminator sociata de los nacionalismos periféricos (a él le mola el de la Libre y Grande. Y digáis lo que digáis, no es exactamente lo mismo que la Grande y Libre, aunque se le parezca tanto).

Por primera vez desde la Transición, un presidente de la Cámara Baja es elegido -para bochorno del candidato- por mínimos votos (170) y en una segunda ronda. Tampoco es muy normal que algunos compañeros de viaje no le hayan votado (Alfonso Guerra, dixit).

Buen gestor local y mediocre ministro de Defensa, Bono no se merece siquiera ser diputado. La acreditación es legal, desde luego, pero su talante con los sentimientos ajenos señala una baja densidad democrática. Parece que a Gaspar Llamazares (que votó a favor de su investidura congresual) el factor le importa menos que alguna contraprestación.

Ésta, señores, es nuestra izquierda.


La baja en las previsiones de crecimiento (cifradas ya en el 2,4, según cifras oficiales) aumentan el sonido de las alarmas económicas y sociales.

Creo que si en la anterior legislatura mandó la crispación -provocada en gran medida por la extrema derecha mediática y su infulencia aznarista en el PP- en esta otra el componente explosivo lo brindará la economía.

A la derecha le bastará posicionarse contra cada una de las medidas que adopte en este campo el nuevo gobierno ZP, para sacar ventajas de cara a las próximas elecciones, o su probable avance si arrecia la crisis y el gobierno no mitiga sus efectos. Saben además que puede ser útil en la segunda batalla que deben librar desde la oposición el reactivar la vieja política del primer Aznar con vascos, catalanes y gallegos. La misma arroja dividendos sin necesidad de agitar la ruptura de España ni improbables pactos con el terrorismo.

Además, el miedo económico provoca mutaciones insospechadas en el humor ciudadano. De ahí que no considere tan decisivos estos cambios en la cúpula popular.

La certeza de no poder gobernar sin moderar en previa instancia su relación con las grandes mayorías, es la clave estratégica que moviliza a Rajoy y buena parte de sus barones. No es que dejen de considerar a Aznar un ídolo al que debe respetarse. Pero hoy, más allá de la evocación totémica y sus sombrías apariciones, no les sirve.

En esa estrategia (consecuencia de una derrota inevitable a falta de pactos posibles por más dulces que fueran los diez millones y medio de votos) tampoco encajan Federico Jiménez Losantos y sus folclóricas. Sí en cambio Ramírez; dispuesto a influenciar cabezas del PP de cara a un cambio de liderazgo.

En la tertulia de hoy volvió a señalarlo con lógica, no obstante su vocación frankesteiniana de fabricar monstruos en varios órdenes: un moderado de hierro es más atractivo que este notario de sonrisa amedrentada.
Aunque igualmente el hierro se oxide, como las células de todo bicho viviente y las ambiciones políticas de quienes pretenden manipular a los ciudadanos de esta nación.